La Ciudad de Río Cuarto fue testigo de uno de los hechos más brutales de los que se tenga registro: un asalto en el Banco Popular Financiero terminó con el fusilamiento de varios de sus trabajadores.
Cerca de las 07.00, los primeros empleados bancarios fueron ingresando al edificio. La historia cambió cuando, pocos minutos después, golpeó la puerta un viejo conocido: el cabo Miguel Ángel Salinas, que había trabajado en el Banco meses atrás. Junto a él, ingresó Francisco “Pancho” Nievas.
Los asaltantes robaron un equivalente en australes de 15 mil dólares, un monto mucho menor del que imaginaban ya que el camión de caudales se había llevado gran parte de lo acumulado en la bóveda durante la tarde del día anterior. Antes de abandonar el banco, les dispararon en la cabeza a los 7 trabajadores que se encontraban como rehenes.
Roberto Vicente Denner, el gerente de la entidad, fue el único sobreviviente y fue fundamental para la reconstrucción de los hechos.
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