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Desde que se pusieron de novios, Maira y Juan tenían en claro que querían tener un hijo juntos. “Siempre hablamos de ser papás. Al principio, preferimos acomodarnos. Yo tenía que terminar las materias de Ciencias de la Educación y él, las de Ingeniería”, contó Maira a Somos Familia.
// Le prestó el vientre a su amiga que soñaba con ser mamá
Al tiempo de haber empezado la convivencia, se embarcaron en la búsqueda de un hijo, pero agrandar la familia no fue tan sencillo como pensaban: hubo intentos fallidos, estudios varios y tratamientos durante ocho años hasta que Juan propuso empezar los papeles para adoptar.
Un día, les informaron que había una mujer que tenía un embarazo bastante avanzado y que quería dar el bebé en adopción. En ese momento, Maira decidió empezar el proceso de lactancia inducida para poder amamantarlo con el apoyo de la Liga de la Leche. Todos los días hasta el momento del nacimiento, cada hora y media o dos horas tenía que utilizar el sacaleche para comenzar con el estímulo.
“Tuve la suerte de ver nacer a mi hijo. Estuve en el hospital en el momento del parto y lo agarré en mis brazos. Esa primera hora donde los bebés tienen todos los controles, estuvimos con él. Pude prenderlo a la teta y de ahí en más, fueron casi tres años de lactancia”. Genaro hoy tiene seis años, está cursando primer grado y Maira siente que es importante el mensaje de que si es el deseo de la persona dar la teta, se puede contar con el apoyo de especialistas para poder hacerlo.
A través de la adopción, por inseminación, gracias a un vientre solidario, o de la forma biológica tradicional existen infinitas maneras de tener hijos e hijas, y son incontables las formas de convertirnos en familia. Todas estas historias serán el corazón del podcast Somos Familia.
