El verano pasado, el publicista peronista Enrique “Pepe” Albistur había mandado a los militantes kirchneristas a “comprar pochoclo”, porque la presidencia de Javier Milei -afirmaba- duraría muy poco. “Semana Santa” lo había bautizado el exsecretario de Comunicación kirchnerista desde la placidez de las playas de Cariló: “No se sabe si cae en marzo o en abril”.
Milei la semana próxima cumple un año de gestión, y los analistas ya lo están bautizando “Maquiavelo” por cómo está usando fríamente su capital político para consolidarse en el poder, como Albistur no hubiese imaginado ni remotamente desde la reposera playera desde la que promovía comprar “popcorn” para verlo caer.
Leé también: Nicolás Maquiavelo, ¿aplaudiría a Javier Milei por la maniobra que hizo caer la ley de Ficha Limpia?
La maniobra promovida por la Casa Rosada para que los diputados no pudieran votar la ley de Ficha Limpia que impediría que políticos condenados se presenten a cargos electivos dejó perplejos a muchos de sus votantes que habían confiado en que el libertario estaba librando realmente una suerte de “cruzada” contra “la casta”.
Javier Milei y Cristina Kirchner
Pero también llamó la atención de muchos analistas que vieron detrás de esa maniobra inesperada una alianza tácita -y quizás solo circunstancial- con la expresidenta Cristina Kirchner para lograr gobernabilidad que ya empezó a rendirle frutos y despejar el camino para consolidar el plan económico del libertario.
Para los votantes de Milei, especialmente los que se sumaron en el balotaje después de haber votado a Patricia Bullrich, cualquier acercamiento a la expresidenta es tóxico. Por eso los últimos días, muchos votantes de Milei quedaron azorados con la maniobra oficial para que se cayera Ficha Limpia.
¿Puede un acuerdo secreto Milei-Kirchner -previsiblemente desmentido por ambas partes- afectar la imagen del libertario? ¿Podría Milei incluso perder intención de voto por traicionar su discurso de campaña de que la expresidenta “es una chorra”, o eso de que “el que las hace, las paga”? ¿Y el discurso de “la casta”, cómo queda?
Un sondeo a un panel de profesionales de comunicación, encuestadores y consultores políticos -expertos en anticipar la opinión pública antes de las encuestas- indica que el estupor podría pasar pronto, si la economía se sigue recuperando.
Qué dicen las encuestas
Casi la mitad de ese panel de 67 profesionales convocados por la revista Imagen sostiene que “inicialmente las reacciones serán negativas”, pero que con el tiempo “la indignación dará lugar a la apatía”, siempre que ese presunto pacto ayude a “acelerar las mejoras económicas y a conseguir paz social”. Incluso el 23 por ciento directamente sostiene que ese “intercambio de gentilezas políticas” entre Milei y el kirchnerismo será bien tolerado por su propio electorado, pese a la sorpresa inicial.
Apenas el 15 por ciento cree que la mayoría de sus votantes seguirá desorientado por el presunto pacto y buscará otras opciones electorales. ¿Será una oportunidad para que el PRO de Mauricio Macri se posicione mejor como partido de la centro-derecha republicana? Después de todo, la propuesta de que un político con sentencia firme no debería poder presentarse a un cargo electivo -una condición con bastante sentido común- se originó en el partido amarillo.
Muchos analistas se sorprendieron incluso por la curiosa aritmética de cómo el oficialismo provocó que por segunda vez no se consiguiera el quórum para votarlo en Diputados: en el primer intento, tres semanas atrás, faltó un par de bancas para el número mínimo para sesionar. Quedaron en el aire algunas dudas acerca de las verdaderas intenciones libertarias.
Pero en el segundo intento, la siguiente semana, pegó el faltazo el 20 por ciento del bloque de La Libertad Avanza, de modo de despejar todas las dudas: Milei, en el fondo, no quería que se aprobara esa ley que impediría que la expresidenta compita como candidata a diputada por la provincia de Buenos Aires y obtenga fueros.
En algunos casos, las excusas sonaron hasta ridículas, como la de un diputado al que le había caído mal una picada. Otra legisladora libertaria se había extraído sangre ese día y se habría desmayado de la impresión: los medios se hicieron un festín de chistes con esas excusas tan inverosímiles.
Desde el oficialismo, filtraron a los medios excusas de todo tipo: que estaba en juego la reelección de Martín Menem al frente de la Cámara de Diputados, o que a último momento notaron que la ley no era tan buena y que sería mejor hacer otra, o que sintieron que era mejor que la expresidenta compitiera y perdiera ante un candidato de Milei en el terreno electoral: excusas.
Un riesgo calculado
¿El todopoderoso asesor en las sombras Santiago Caputo orquestó tan burdamente la maniobra contra Ficha Limpia, de manera que se hizo torpemente evidente y “se notó mucho”, parafraseando al gobernador bonaerense Axel Kicilloff, que no querían la ley?
“No creas”, sostiene en “off the record” uno de los encuestadores top del “elenco estable” de consultores políticos argentinos: “a Santiago Caputo no le falla la aritmética. El faltazo del oficialismo al quórum por Ficha Limpia fue una fina escenificación y es un mensaje cifrado al resto de la política, que dice secretamente que Milei está dispuesto a todo, y que “no crean que él mismo compra su discurso de la casta, que es para consumo de una parte del electorado”. Sería un guiño cómplice a la política que no solo estaría invitando a negociar, sino que también es una advertencia: “podemos ser despiadados, si queremos, y no nos preocupan tanto las formas como parece”.
La polémica maniobra es un riesgo calculado: Milei cumple su primer año de mandato con cifras de opinión pública envidiables después de un “bajón” de mediados de año ya superado. La última encuesta de la Universidad de San Andrés es un boletín lleno de “muy bien 10″:
- Llega al año de gestión con mayor aprobación comparativa para ese período que Mauricio Macri y Alberto Fernández
- Las expectativas hacia el futuro de la situación del país están en el punto más alto de su mandato y los últimos seis años,
- Tomando ese período, también la percepción de los argentinos de cómo están hoy comparado con un año atrás, está mejor que nunca y empatan los que creen que “estábamos mejor” con los que se perciben hoy mejor que hace un año.
- Milei se instaló en su pico más alto de imagen positiva como dirigente, sólo superado por el Mauricio Macri de sus primeros dos años de mandato
“Era el momento para reinvertir parte de su capital simbólico haciendo las travesuras políticas que no podrá repetir en el año electoral”, explica el consultor.
Si el objetivo era que los analistas políticos tildaran a Milei de “maquiavélico”, el libertario aprobó la materia:
- Logró que el kirchnerismo no diera el quórum para voltear un DNU que lo libera de la aprobación del Congreso para renegociar la deuda,
- Consiguió las firmas para el pliego del polémico Ariel Lijo como integrante de la Corte Suprema,
- Y le quitaron el apoyo en la CGT al combativo Pablo Moyano -que preparaba un fin de año con paro general- y debió renunciar
Vía libre para comprar tiempo
Es un “vía libre” para comprar tiempo para que la fiesta que hoy viven los mercados financieros argentinos se traslade con el tiempo a los bolsillos de los votantes.
Para eso no solo debe mejorar todavía más el poder adquisitivo de los argentinos, sino que deben empezar a llegar inversiones reales, esas que “entierran” capitales de largo plazo que generan empleo y prosperidad menos volátil.
Por eso la señal de la caída de la ley de Ficha Limpia con ese tan visible y polémico empujoncito de la Casa Rosada, condenada públicamente con dureza por diversas entidades empresarias, también es un guiño al tan “cobarde” capital de largo plazo: ese que no puede tomar ganancias y escapar del país de un día para el otro.
Esas inversiones no solo precisan buenas intenciones de terminar con la inflación y bajar los impuestos. Necesitan también ver capacidad de maniobra política en un gobierno con apenas 15 por ciento de la Cámara de Diputados y diez por ciento del Senado que hasta ahora no aceptó armar ninguna coalición de gobierno con los partidos más afines: la “malicia” maquiavélica de la inesperada caída de Ficha Limpia y los rumores de un supuesto acuerdo secreto con el kirchnerismo pueden sonar como música en los oídos de inversores de largo plazo: su propensión a invertir es inversamente proporcional a la cercanía del kirchnerismo de volver al poder.
Leé también: Javier Milei y Donald Trump alientan la incorrección ecológica: las empresas prometen ignorarlos
¿Podrá dar Milei una señal de que es capaz de acordar gobernabilidad con el kirchnerismo y al mismo tiempo mantener a la expresidenta a raya? En el mundo empresario, siempre se recuerda que la Argentina tiene un problema económico hasta ahora endémico: el kirchnerismo siempre está al acecho de cualquier gobierno proinversiones no peronista.
Es la historia de la Argentina de las últimas dos décadas: ¿para qué invertir con un gobierno no peronista, si después el kirchnerismo vuelve y le da marcha atrás a todo? Las inversiones financieras no corren tanto riesgo.
Uno de los consultores encuestados por la revista Imagen lo explicó crudamente: “Lo de Ficha Limpia fue más importante de lo que parece a simple vista. Parece un siniestro canje de impunidad por gobernabilidad, pero habría que entenderlo como una especie de Pacto de la Moncloa bien a la Argentina”, en referencia a los solemnes acuerdos multipartidarios que llevaron a la atrasada España de los 80 a convertirse en uno de los países más prósperos de Europa.