El maestro Daniel Baremboin protagoniza por estos días la tercera edición del Festival de Música y Reflexión que él mismo impulsó. Son dos semanas en las que se desarrollan múltiples actividades musicales y algunos encuentros de reflexión con figuras tan destacadas como Felipe González. Sin dudas, el plato fuerte de cada edición han sido los dúos de pianos de Barenboim con Martha Argerich.
Ambos nacidos en la Argentina con pocos meses de diferencia, dejaron el país en la adolescencia para consagrarse mundialmente como dos de las más grandes figuras de la música clásica sin haberse presentado en forma conjunta en el escenario del primer coliseo nacional. Saldada esa deuda, este fin de semana trajo otras citas repletas de emociones, con el tributo a dos glorias de la música argentina en su centenario: Alberto Ginastera y Horacio Salgán.
Por segunda noche, este sábado a las 20 hs, la WEDO interpretará un programa íntegramente dedicado a dos compositores nacionales e imprescindibles, por quiénes el propio Barenboim ha manifestado su admiración. En la primera parte del programa se escuchará el Concierto para violín, Opus 30, de Alberto Ginastera. Tras el intervalo sonarán Don Agustín Bardi, Aquellos Tangos Camperos y A fuego lento, que el director ya dirigió en el Colón y en otras salas del mundo.
Tanto Ginastera como Salgán contribuyeron, en su género, a la conformación de un sonido local. El primero, nacido en abril de 1910, inició sus estudios el Conservatorio Alberto Williams y más tarde con el compositor norteamericano Aaron Copland. Con los años, dedicó buena parte de su tiempo a la docencia (creó la Facultad de Artes y Ciencias Musicales de la Universidad Católica Argentina, fue responsable del Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales del Instituto Di Tella y tuvo entre sus alumnos a Astor Piazzolla).
Sin dudas, Alberto Ginastera fue el gran decano de la música clásica de nuestro país y un referente indiscutido de América Latina. Su sonido llamó la atención, por ejemplo, del trío "Emerson, Lake & Palmer", cuando grabaron el cuarto movimiento de su Primer Concierto para Piano, para incluirlo en Toccata, track del álbum "Brain Salad Surgery" de 1973.
Sin embargo, debieron pasar muchos años, décadas, para que se reconozca su inmenso legado y fuera considerado profeta en su tierra. Entre sus obras más reconocidas se encuentran las óperas Don Rodrigo, Bomarzo y Beatrix Cenci (que este año abrió el abono de ópera del Teatro Colón) y los ballets Panambí y Estancias (cuya Danza del Trigo acompañó la asunción del presidente Macri).
Por su parte, Horacio Salgán, con sus flamantes 100 años cumplidos en junio de este año, es pianista, compositor, arreglador y director, y estuvo activo hasta que su salud se lo permitió. Comenzó su carrera a los 14 años, como pianista de películas mudas en un cine de barrio.
Sus sellos fueron la riqueza musical, el juego rítmico, los cuidados arreglos orquestales y un estilo de vanguardia. Su orquesta es considerada uno de los hitos del tango, por la que pasaron cantores como Edmundo Rivero y Roberto Goyeneche.
Admirado por Piazzolla, los jazzeros Oscar Alemán y Wynton Marsalis, los maestros de la clásica Jean Claude Thibaudet, Gidon Kremer y el mismo Barenboim–, escribió joyas como Grillito, Del 1 al 5 y La llamo silbando. En el sonido de Salgán conviven el universo académico y el ambiente cayenge típicamente tanguero.
Ahora, las composiciones de Ginastera y Salgán resonarán en el Teatro Colón pero tendrán una novedosa amplificación: esta noche a las 20 hs en TN.COM.AR se podrá seguir en vivo el concierto. Una cita musical de lujo y virtual que tiende un puente entre pasado y presente.