La semana pasada, Taylor Swift anunció que había recuperado los masters de sus primeros discos. La noticia fue celebrada por sus seguidores y hasta notaron una posible pista secreta. La cantante estadounidense ahora tiene el control de todo su catálogo tras perder los derechos en 2019, cuando el mánager Scooter Braun compró el antiguo sello de Swift, Big Machine Label Group.
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Taylor lo denunció por su “intimidación incesante y manipuladora” y confirmando sus planes de regrabar canciones de sus primeros seis discos para intentar recuperar el control de su música. En el anuncio del viernes, la artista compartió con alegría que había recuperado sus primeros discos, sus videos, películas de sus shows, fotos y canciones inéditas.
“Casi dejé de pensar que podría suceder, después de 20 años de que me ofrecieran y luego me las quitaran”, escribió en una extensa carta. “Pero todo eso ya es cosa del pasado. Toda la música que he creado... ahora me pertenece...”.
Los fans tomaron nota del verso: “Todas las veces que estuve tan cerca, intentándolo, solo para que se cayera”. Los Swifties han aprovechado el hecho de que usara 12 “i”, lo que esperan que signifique que está preparando una secuela de The Tortured Poets Department (TTPD), su undécimo disco de estudio. Según NME, los seguidores destacaron que el diseño del membrete ya no tenía la temática de “TTPD”, sino que era un diseño art déco casi al estilo del Gran Gatsby.
Cómo fue la disputa de Taylor Swift por su música
En 2019 la cantante comenzó una disputa pública con el fundador de su antigua discográfica, Scott Borchetta, y con el representante Scooter Braun, quien adquirió la compañía este año. Swift los acusa de no permitirle comprar los derechos de su catálogo musical y ejercer un “control tiránico” sobre su música. La semana pasada la diva del pop reavivó el tema con un texto en Tumblr, en el que aseguró estar siendo acosada por Braun y Borchetta. Según ella, le dijeron que no podría “volver a grabar” su música antes de tener de nuevo el derecho a interpretarla “el próximo año”.
Swift asegura que su postura busca dar voz a músicos menos influyentes. “Creo firmemente que compartir lo que me está sucediendo podría cambiar el nivel de conciencia de otros artistas y potencialmente ayudarles a evitar un destino similar”, resaltó en su momento.

Antes de su pase a Universal Music en 2018, todas las grabaciones originales de la cantante –material que se utiliza para crear las copias digitales, CDs y vinilos– pertenecían a Big Machine Records, el sello que la lanzó a la fama. Swift era solo una adolescente cuando firmó con esa compañía y luego, por 300 millones de dólares, estuvo en manos de Braun, enemigo acérrimo de la artista, a quien acusa de hacerle bullying con la complicidad de otros exrepresentados como Kanye West. Braun es el mánager de estrellas como Justin Bieber, Ariana Grande o Demi Lovato, a quienes Swift pidió su apoyo en la lucha que mantiene con el empresario.