El 29 de diciembre de 1974 quedó como el día del final de los Beatles. Por los menos en los papeles. Una suerte del divorcio entre John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr. Los cuatro integrantes pusieron la firma en esta suerte de división de bienes para que cada uno de ellos pudieran seguir sus carreras solista.
La disolución de la banda se había producido unos años antes: el 10 de abril de 1970, Paul anunció al mundo que lanzaba su primer disco en solitario, que los Beatles se habían separado y que no tenía previsto seguir trabajando con sus compañeros.
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Algunos creen que los problemas en el seno del grupo formado en Liverpool comenzaron el 27 de agosto de 1967, el día en que murió Brian Epstein, el histórico representante de los Fab Four. A su vez, la idea de dejar de presentarse en vivo y dedicarle todo el tiempo a la creación en el estudio.
“Siempre existen diferencias de criterios en cualquier grupo. Creo que todo comenzó cuando George Harrison dijo que quería ponerle fin a las giras. En ese sentido, Paul McCartney tuvo que bajar la cabeza y no sé si lo había querido. Ringo Starr lo mismo. Las sesiones de Sgt Pepper fueron tan intensas y fuertes que Paul tomó el control que después de un periodo de tanta intensidad que terminaron cansados. Siento que en ese momento comenzó el final de los Beatles. También, con la grabación a lo largo de seis meses del Álbum Blanco despertó todo tipo de conflictos como John llevando a Yoko al estudio, Paul queriendo hacer algunas cosas sin que el resto participara o George buscando de abrir su propio camino. Es más, Ringo se cansó de algunos pedidos y se fue”, describió Fernando Blanco, músico, integrante de Nube 9 y autor de varios libros sobre los Beatles, a La Viola.
“Las sesiones que pudimos ver en los últimos documentales reflejan esos momentos complicados en la relación entre ellos, pero cuando se enchufaban en la música, volvía a aparecer la magia. Multiplicaban sus partes por mil, pero después volvían con conflictos. Igualmente, con todos esos conflictos lograron momentos increíbles como en los temas de Abbey Road. En definitiva, se separaron en el momento justo”, agregó.
La firma del último contrato
La relación a principios de los ‘70 no era buena entre ellos. “Siempre fue compleja. El único vínculo que nunca se deterioró fue el de John con Ringo. Se tenían cariño mutuo. John se había enojado mucho con Paul cuando decidió dejar la banda, ya que él había sido el primero en querer dejarla y le pidieron que esperaran”, recordó Blanco.
“Igualmente, Paul y John habían tenido charlas con la idea de juntarse a hacer algo juntos. Por otro lado, Lennon y Harrison habían tenido algunas idas y vueltas. El segundo lo había invitado al primero a viajar a Bangladesh, pero se negó porque quería que viajara también Yoko Ono. Entre Paul y George también había algunos chispazos. El guitarrista y el baterista también estaban distanciados. Harrison había tenido un affaire con la mujer de Starr que terminó en el divorcio del baterista. En definitiva, hermanos que se pelean”.
En 1974, después de años de litigio, los integrantes de los Beatles habían llegado a un acuerdo y los documentos debían firmarse el 19 de diciembre en una reunión en el Hotel Plaza de Manhattan, lugar donde se habían alojado los Beatles durante su primer viaje a Estados Unidos.
Según publicó el sitio Daily Beatle, McCartney y Harrison fueron al lugar. Starr ya lo había firmado, pero estuvo en contacto con ellos por teléfono. Aunque Lennon vivía a poca distancia del lugar, dejó esperando a sus antiguos compañeros, supuestamente dando la excusa que “las estrellas no están bien”. Diez días después, las estrellas se alinearon en Disney World.
Fue así que el 29 de diciembre -hace 50 años- un abogado se reunió con John, que estaba de vacaciones, con el contrato modificado en Florida. El momento fue capturado por la compañera de John, May Pang, quien comentó que Lennon “miraba con nostalgia por la ventana” antes de firmar debajo de las firmas de sus compañeros de banda. Los sentía como sus hermanos.
Ese documento, conocido como “The Beatles Agreement”, y que firmaron cada uno de los integrantes liberó a cada miembro de los Beatles de su obligación de grabar como el grupo conocido como “The Beatles”, otorgando así a cada músico su independencia entre sí para perseguir sus propios proyectos individuales.
“Representó el final legal del grupo. Fue la parte administrativa y el reparto del dinero. Cada uno podía seguir su camino libremente. Para esos días, cada uno de los integrantes tenían sus discos publicados. George había tenido su éxito con el disco All Things Must Pass, Lennon con Imagine, Ringo tuvo un éxito maravilloso con su disco homónimo publicado en 1973, con la ayuda de sus amigos. Por último, Paul con el trabajo Band On The Run”, concluyó Fernando Blanco.
“Nunca habrá unos ‘nuevos Beatles’, pese a que se ha estado buscando unos desde 1970. Pero los originales siempre serán un símbolo de libertad, experimentación y optimismo, lo que escasea en el mundo contemporáneo. Simbolizaron todos los increíbles cambios creativos y sociales de la década”, describió Peter Doggett, autor del libro “You never give me your money: The battle for the soul of The Beatles”.