Los Abuelos de la Nada -grupo fundacional de nuestro rock- nació de la imaginación de Miguel Abuelo. Sus primeros pasos fueron en 1967, en plena explosión del flower power, un eslogan usado por los hippies como un símbolo de la no violencia. Lo acompañaron jóvenes músicos que luego serían importantes dentro del género, como el baterista Pomo o las guitarras de Pappo y Claudio Gabis.
Después de la publicación de algunos simples como “Oye niño”, “¿Nunca te miró una vaca de frente?”, “Diana Divaga” y “Tema en Flu sobre el Planeta”, Abuelo partió antes del ‘70 a buscar nuevas aventuras a Europa.
A principios de los años ‘80, su espíritu inquieto lo trajo de regreso al país para sumar su poesía a nuevas corrientes musicales y la aparición de una segunda formación de Los Abuelos de La Nada. Junto a Cachorro López, que también conoció en sus días por el Viejo Continente, sumaron al proyecto a Andrés Calamaro, Daniel Melingo (Los Twist), Gustavo Bazterrica (guitarrista de La Máquina de Hacer Pájaros y Spinetta) y el baterista Polo Corbella. Fue el mejor momento de la banda, con la salida de temas que marcaron a nuestro rock.
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A lo largo de este año, Cachorro López fue publicando distintas versiones de clásicos de la banda con la participación de invitados de distintos estilos. Éxtasis total, nombre que se le ocurrió a su excompañero Andrés Calamaro, aparecen Julieta Venegas, Vicentico, Lali, Trueno, Miranda!, Monsieur Periné, entre otros. Además, cuenta con la participación de integrantes originales de la banda como Calamaro, Daniel Melingo y Gustavo Bazterrica, más Calamaro. La posibilidad de revivir esas inolvidables y el arte de Miguel Abuelo.
Así podemos encontrar a Zoe Gotusso (“Sin gamulán”), Emma Horvilleur (“Sintonía Americana”), Vicentico (“Cosas mías”), Miranda! (“Hombre lobo”), Monsiuer Periné feat.D.Melingo (Chalaman”), Los Auténticos Decadentes (“No se desesperen”). También incluye “Lunes por la madrugada” por Ale Sergi feat. Conociendo Rusia, ya conocido por musicalizar la serie “Tierra de amor y venganza”.
Otro de los cortes es “No te enamores nunca de aquel marinero bengalí”, con la presencia Cachorro, Melingo y Bazterrica. “La idea le nació a Damián Amato, el presidente de Sony. Me habían pedido de Pol-Ka grabar ‘Lunes por la madrugada’ para una serie. Estaba con la gente de la discográfica, Ale Sergi y salió el proyecto de hacer lo mismo con otros temas. Me pareció un regalo”, describió en una entrevista con La Viola.
Sobre la elección de los temas e invitados, el bajista de Los Abuelos contó: “Fui pensando en artistas cada vez que aparecían los temas. Muchos pidieron los temas y traté que estén los más representativos en el disco y algunos que fueron más oscuros como ‘Hombre Lobo’. Fue un trabajo muy placentero”.
En “Mil horas”, otro de los clásicos que tiene el disco, se sumó Lali. “Ella estaba en España de gira. Grabé una versión del tema, se lo mandé y le gustó. Me mandó las voces, las acomodé un poco y salió. Es el tema más pop y ella era la artista perfecta para cantarla”.
En el caso de Bandalos Chinos, Cachorro invitó a la banda para “Costumbres Argentinas”, aquel tema que conocimos en vivo en el disco de Los Abuelos de la Nada en el Ópera. “Fue el grupo que primero llamé. Iban a grabar ‘Mil horas’, pero lo preferí para otros artistas. Fue una sesión en el estudio muy relajada. Me gustó mucho el resultado. Ellos trajeron la idea de que tenga un saxo. Yo no lo había pensado. Remite a la original”.
Uno de los últimos cortes de Éxtasis total fue “Tristeza de la ciudad”, que tiene la presencia de Julieta Venegas y Trueno. “Es un tema que nació como otros de Los Abuelos de la Nada. Armábamos las canciones en la sala, con fragmentos instrumentales, y luego se completaban. A Trueno le mandamos la parte cantada por Julieta y la completó”. En este trabajo, Cachorro se encargó de producir, tocar el bajo y algunos teclados.
Cachorro López describió que busca ser el hilo conductor y que lo siente como un homenaje de cada una de las figuras invitadas a la importante banda de rock argentino que marcó una época. También, en la entrevista con La Viola, el músico y productor contó que no suele escuchar estas canciones, pero cuando aparecen le presta atención. “No suelo ponerme a escuchar cosas viejas deliberadamente”.
El encuentro de Cachorro López con Miguel Abuelo
Miguel Ángel Peralta, nombre de Miguel Abuelo, se interesó en la música desde muy chico. En 1967, formó Los Abuelos de la Nada, inspirado en una frase del libro de Leopoldo Marechal, El banquete de Severo Arcángelo: “Padre de los piojos, abuelo de la nada”
Junto a su amigo, el periodista Pipo Lernoud, buscó jóvenes músicos para la primera formación. La banda quedó integrada por Eduardo “Mayoneso” Fanacoa (teclados), Miguel “Micky” Lara (guitarra rítmica), Alberto “Abuelo” Lara (bajo) y Héctor “Pomo” Lorenzo (batería) y Claudio Gabis, futuro guitarrista de Manal. Luego se sumaría Pappo para grabar un simple.
A principios de los ‘70, Miguel Abuelo buscó su futuro artístico en Europa. Estuvo por Francia, España e Inglaterra. Formó Miguel Abuelo & Nada que lanzaron un disco que es muy buscado por los coleccionistas. Fue en Ibiza donde conoció a un joven Cachorro López.
“En aquella época tocaba con una banda en los locales donde nos dejaban. Después, con un grupo inglés, nos fuimos a tocar a Inglaterra. En Londres conocí a unos jamaiquinos que tocaban reggae llamados Jah Warrior y me sumé. Después volví a la Argentina, a principios de los ‘80, y encontré que la situación había cambiado. Recuerdo que lo fui a buscar a Miguel a Ezeiza y formamos la banda”, concluyó