Willy Quiroga, el legendario bajista y fundador de la banda Vox Dei murió a los 84 años. El músico estaba internado en una clínica en Quilmes. En agosto anunció que se alejaba de los escenarios por un problema de salud. Su última aparición fue en el festival “Vivimos música”.
Fue miembro fundador de Vox Dei junto a Ricardo Soulé, Rubén Basoalto y Carlos “Yody” Godoy. La banda se hizo famosa por su disco conceptual La Biblia. Fue el segundo trabajo discográfico y se convirtió en uno de los discos más importantes e influyentes del rock argentino.
“Fue una locura hacer un segundo disco con La Biblia. Con el tiempo se transformó en un mensaje de paz universal. Eso es lo que transmite. Con el paso de los años se volvió un clásico. Imaginate que Soda Stereo hizo una versión muy buena en la MTV y gente como Ricardo Iorio o Andrés Calamaro cantaron temas de ese álbum”, describió Quiroga.
El importante trabajo vio la luz el 15 de marzo de 1971, bajo la producción de Jorge Álvarez, del sello Mandioca. “Nosotros y la gente de la compañía sabíamos que las letras no tenían nada censurable o de mal gusto. Salimos a anunciar el proyecto. La curia nos llamó para conocer antes las letras y se reunieron con Monseñor Giacelli. Cuando leyó la letra de ‘Génesis’, nos respondió que era maravilloso. Él, como hombre de la Iglesia, le habría costado más palabras explicar lo que significa el Génesis. Las letras son de Ricardo (Soulé) pero nos involucró a todos. Nos dio su bendición para que sigamos adelante con La Biblia”, contaba.
La carrera de Willy Quiroga
Había nacido en Río Cuarto, pero desde su adolescencia vivió en San Fernando. Se interesó por la música desde muy chico y sus primeras experiencias fueron dentro del folclore. Su llegada al rock fue a los 12 años, cuando descubrió a Elvis Presley y a Bill Haley. “Iba al cine a ver sus películas y terminábamos todos bailando. Siempre algo se rompía y nos sacaban a las patadas de la sala. A partir de ese día me enamoré del rock”, recordó sobre aquella parte importante de su vida.
Quiroga se compró su primera guitarra a los 17 años. Por aquellos días trabajaba en la panadería de su padre. “Yo iba a un boliche al lado del local. Era amigo del hijo del dueño y siempre había un señor que tocaba la guitarra. Lo hacía muy bien, pero siempre estaba un borracho y golpeaba la guitarra sin darse cuenta. Un día me dio lástima el instrumento y le dije que se le iba a romper. Me respondió: ‘Me compro otra’. Le dije que si no le molestaba, se la compraba. Cuando le pedí el precio, me dijo que me la daba por una botella de vino. Me cambió la vida y por eso escribí ‘Tengo razones para seguir’”.
Willy ya sabía tocar el bajo. En la adolescencia, una persona le enseñó a tocar. Cuando escuchó a los Beatles se compró una guitarra eléctrica para hacer covers de la banda inglesa. “Eso trajo como consecuencia que dejara que trabajar con mi padre y me mudé a la casa de mi madre, ya que mis padres estaban separados. Me fui de San Fernando a vivir a Berazategui”. Una decisión que sería fundamental a la hora de formar Vox Dei.
Al llegar al sur de la localidad bonaerense, Quiroga siguió interesado en la música. “Formé un dúo con el Chango Castro, medio folclórico moderno, y arrancamos a tocar en una pizzería. Primero, la dueña, una italiana no quería porque decía que hacíamos mucho ‘batifondo’. Pero después vio que la gente consumía y no tuvo problema. Un día vino Susana, que luego sería mi mujer, a vernos con la prima de Rubén Basoalto (baterista de Vox Dei) y me dijo que se estaba armando una banda. Como faltaba un integrante, me vinieron a buscar. Así empezó todo”.
Vox Dei se convertiría, luego de participar en un festival junto a Los Gatos, Manal y Almendra, en la cuarta pata que le dio vida al rock argentino. “Al principio hubo otros artistas como Moris, Tanguito o Miguel Abuelo. . Pero tocar en ese festival marcó un antes y un después por la respuesta que tuvimos del público”.
Los primeros días de Vox Dei fue como March 4 y cantaban en inglés. Fue fundamental escuchar a Javier Martínez de Manal cantando en castellano. Eso impulsó la idea de hacer lo mismo con la banda. “Después, en una charla con Luis Alberto Spinetta nos dijo que no entendía por qué cantábamos en inglés cuando hay todo un idioma a disposición y dijimos que tenía razón. Ese fue el último empujón que necesitábamos y automáticamente cambié la letra de ‘Azúcar Amarga’ que se la había dedicado a mi señora porque me hizo trabajar mucho para darme un sí”, recordó Quiroga.