En las últimas horas trascendió información sobre la salud de Javier Martínez, el líder de Manal y una de las grandes figuras de nuestro rock nacional. Según posteó su hermana, el músico estaría internado.
El cantante y baterista estaría grave de salud. Aunque aún no dieron a conocer el parte médico oficial, desde diferentes medios aseguraron que se debió a una caída doméstica.
Leé también: Magia efímera: una noche apareció Manal
“En estos momentos siento que debo comunicarme con los seguidores de mi hermano Javier. Para mí siempre: mi hermano. Para Uds., sus amigos, sus fans. Está muy grave de salud. Si no fuera así, seguro guardaría silencio. Pero dadas las circunstancias estoy haciendo pública la situación. Está internado en terapia intensiva en IMAC, Avda. Díaz Vélez”, se pudo leer en la página de Facebook de Martínez.
La familia no ha dado más detalles sobre la situación del compositor de “Casa con 10 pinos”.
La historia de Javier Martínez
En 2019, Cecilia Absatz para La Viola escribió sobre el legendario músico argentino.
Era la década del ‘60 y Javier Martínez comenzó una aventura que en su momento parecía un desatino: cantar en castellano. Y no solo cantar castellano: cantar blues en castellano. Por supuesto amaba el rock y el jazz, pero con su voz seca y profunda generó un estilo propio que sacudió el mundo musical. Y sus letras: nunca nos habíamos topado con la avenida Rivadavia en una canción inmortal; pudimos reconocer el charco sucio y el asfalto destrozado en “Avellaneda Blues”; y nos propinó la idea de tener o no tener jugo de tomate frío en las venas.
El grupo se llamó Manal, una palabra inventada por él en versión libre del “cómo viene la mano”. Javier Martínez, Claudio Gabis y Alejandro Medina en la primera, la más rutilante versión. Luego vino la vida. El grupo de separó, Martínez se fue a España, vivió, tocó, ganó un concurso por tocar la batería durante 41 horas seguidas (con intervalos de 5 minutos para comer) en un torneo benéfico. En 1980 regresó a la Argentina, el grupo volvió a reunirse por un rato pero pronto se disolvió. Hubo nuevas versiones con otros músicos, con diferentes ideas y lugares. Hoy es Manal Javier Martínez, simplemente.
Como todos los artistas tuvo altibajos. El editor de libros Jorge Alvarez fundó una discográfica, Mandioca, básicamente porque quería grabarlos a ellos; el director de cine Ricardo Becher quiso esa música para su película El tiro del final; y hace poco Martínez editó un libro, escrito por Fabio Scarturchio, que se llama, con toda justicia, Yo soy Buenos Aires.
Dicen que todo empezó con “La balsa”, y Javier Martínez tuvo mucho que ver: fue él quien llevó a Tanguito a ese largo corredor de La Perla con su guitarra: la funda era tan leve que podía tocar las cuerdas por encima de la tela. Él le acercó a Litto Nebia para que completara la canción. Y cuando le sobró algo de tiempo en el estudio de grabación que habían contratado para Manal, él grabó el disco de Tanguito. Ama y recuerda siempre a Doña Juana, la mamá, que los protegía sin hacer preguntas y les daba de comer a todos.
Hasta el día de hoy un tema cualquiera de Manal provoca una suerte de corriente eléctrica por la espalda. Javier Martínez tiene 73 años. ¿Es un viejo cualquiera? No, pibe.
