Adele tuvo que cancelar sus conciertos previstos en Las Vegas durante el mes de marzo, bajo el formato “Weekends with Adele”, debido a los problemas de salud que viene arrastrando desde hace un tiempo y que afectan a su voz. “Lamentablemente, tengo que tomar un descanso y detener mis conciertos en Las Vegas”, escribió la intérprete en su perfil de Instagram.
La cantante británica explicó: “Estuve enferma al final del último tramo y durante todo el descanso. No había tenido la oportunidad de recuperarme completamente antes de que se reanudaran los espectáculos”.
Leé también: Adele sufre una infección por hongos por usar spanx en sus shows Las Vegas: “Es un poco crudo”
Sin ofrecer más detalles sobre su estado de salud, la popular artista destacó que por órdenes del médico no le queda más remedio que tomarse un descanso. “Los cinco fines de semana restantes de este tramo de recitales se posponen para más adelante. Ya estamos ultimando los detalles y les enviaremos la información lo antes posible”, agregó en su mensaje.
Adele ofrecía en Las Vegas su último tramo de conciertos que debía prolongarse hasta mediados de junio. En total tenía previsto actuar 50 fines de semana con un total de cien conciertos, según los productores del espectáculo. La intérprete de “Skyfall” tiene previsto también volver a Europa en el mes de agosto, a la ciudad alemana de Múnich, donde ofrecerá un total de ocho conciertos.
No es la primera vez que Adele sufre problemas en sus cuerdas vocales. En 2011 la tuvo que someterse a una cirugía para frenar una hemorragia producida por unos pólipos benignos en sus cuerdas vocales.
Adele y su historia de superación: adicciones, problemas de salud y relaciones tóxicas
La de Adele es una historia que, por ahora, tiene final feliz. La extraordinaria intérprete británica que logró el éxito de la noche a la mañana con tan solo 18 años, enfrentó severos problemas de salud y vínculos tóxicos, pero pudo superarlos.
La cantante y compositora nació el 5 de mayo de 1988 de como Adele Laurie Blue Adkins y creció en una casa en Tottenham, Londres, con su madre, Penny Adkins, que amaba la música. Cuando nació la bebé ambas se fueron a vivir con el padre, pero este las abandonó enseguida. Así Penny, que también era cantante y guitarrista, sacrificó su incipiente carrera musical para criar a la pequeña.
Marc, el padre, a veces llegaba borracho a la casa para buscar a la pequeña Adele y llevarla al zoológico. Ella lo perdonó muchísimos años después e incluso lo acompañó en sus últimos días de vida: murió de cáncer de hígado a los 57 años.
Adele, por su parte, empezó desde chiquita a imitar las voces inolvidables de Ella Fitzgerald y Etta James. Y cuando a los 18 años entró en la Escuela de Arte dramático y Tecnología subió dos videos a MySpace, que fueron escuchados por un productor de la discográfica XL. Ahí comenzó una carrera vertiginosa que la hizo famosa en menos de un año, con su disco 19, que nombró así porque acababa de cumplir esa edad, en 2007.
