“Paris loves Vinyl son 100.000 vinilos, 70 vendedores en un solo día. Es una mezcla de tiendas de discos, de sellos discográficos, también hay vendedores independientes que venden en casa a través de Internet. Y ocho Djs que pinchan en directo exclusivamente vinilos”, así nos resume el salón, su fundador Denis Dantas en esta cita que llega a su novena edición celebrada a principios de noviembre.
“Soy un apasionado de los discos vinilos desde hace 30 años, con estilos de música muy variados: desde el reggae, hip hop, soul, funk, jazz y desde hace un tiempo también la música clásica. He estado en muchos salones y ferias de discos a lo largo de mi vida y me di cuenta de que el formato había envejecido mal”, agrega.
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De esta manera se le ocurrió este salón concentrado en un día, en domingo, y enfocado sobre todo a los jóvenes y donde el 30% de los clientes, son clientas, con vendedores que vienen de toda Europa.
“Soy una gran fan de vinilos, mi padre el que me transmitió esta pasión. He comprado varios discos, de estilos muy variados. Hay un poco de todo. Un disco de soukous, estilo musical originario de Congo-Kinshasa y Congo-Brazzaville. Dos discos de Daft Punk. También rap estadounidense. Tengo un montón de vinilos en casa, un armario lleno”, nos cuenta Lizette, de apenas 22 años.
El vinilo sobrevive al MP3 y el streaming y entierra al CD
El vinilo nació en 1948 y reinó como soporte musical durante décadas. Con la aparición del Disco compacto, el CD, en los años 80, muchos anunciaban que el disco de microsurco, más conocido como vinilo (porque está hecho con un plástico denominado policloruro de vinilo) iba a desaparecer.
Tras el CD llegó la música en MP3 y el streaming en Internet, otros potenciales depredadores, la música digital cambió completamente la forma de consumir música y la industria. Pero el disco negro sobrevivió; y después de unos años un poco complicados, la industria del disco vive una segunda edad de oro.
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“En los años 2000, el vinilo estaba condenado. Estábamos ante el final del vinilo. Hubo una época muy sombría de unos diez años en los que como había menos vinilos, había menos tiendas de discos, menos clientes. Pero la gente apasionada nunca dejó de comprar vinilos, siguieron yendo a los salones. Desde hace unos seis o siete años que el vinilo vuelve a estar de moda”, analiza Dantas.
El tocadiscos vuelve a nuestros salones
“El vinilo ha hecho un come back con mucha fuerza. Y lo vemos por todos los lados. En los medios de comunicación, en la publicidad, en los afiches, vemos cada vez más platinas en los salones de la gente. Incluso McDonalds tiene una publicidad que empieza con un tocadiscos que gira en un salón. Las grandes empresas se han apropiado el formato, es una tendencia, hasta tal punto que Ikea propone una platina a la venta desde hace uno o dos meses, lo que prueba que hay una gran demanda”, cuenta este apasionado.
Según datos del Sindicato Nacional de la Edición Fonográfica, en 2021 en Francia se vendieron cinco millones de vinilos, esto es tres veces más que en 2016. Por un valor de 79 millones de euros, lo que representa un tercio de la facturación de la música en formato físico.
“Hay que saber que cada vez hay más fábricas en el mundo. Las máquinas y la tecnología han evolucionado. Se prensan mejores discos en gran cantidad. La prueba de ello es que justo detrás de ti se está grabando un vinilo en estos mismos instantes. Es una tecnología que yo diría incluso que se está democratizando, no solo estamos en una segunda edad de oro, yo diría que estamos en la tercera”, afirma Luis Davis, un parisino de origen griego, italiano y nicaragüense.
Discos de vinilo personalizados
Hay tanta demanda a nivel empresarial como personal que están naciendo empresas en torno al vinilo como Discomaton que hace vinilos personalizados.
“Está la opción de Internet. La gente nos envía ficheros de audio y los ponemos en vinilo de 33 revoluciones, 45 o incluso a 78 revoluciones, como quiera el cliente. Y luego personalizamos las carátulas. La gente también puede venir a nuestro estudio, grabar y se van directos con su vinilo. A veces también nos desplazamos, como hoy, con un estudio portátil, una cabina de grabación y la máquina para fabricar en el vinilo”, explica Louis de Discomaton.
“Hay una fuente de audio que se envía a un pre amplificador. Y luego el sonido va a llegar a esta cabeza de la grabadora que también llamamos cincel de grabación donde hay dos altavoces que van a hacer moverse unos hilos que están ligados a un diamante y el diamante va a moverse en función de la vibración de la música y va a hacer unos surcos para grabar la música en el vinilo”, precisa.
La industria es víctima de su éxito, hasta tal punto que las fábricas de vinilos no dan abasto. “En Francia, en Bretaña, tenemos una de las fábricas de vinilo más importantes del mundo que se llama MPO, con plazos para prensar, que son una locura. Fueron ellos los que prensaron el último disco de Daft Punk y también trabajan mucho para los estadounidenses. La industria del vinilo está en auge”, concluye el fundador de ‘Paris loves vinyl’.