Muchas de las figuras del rock tuvieron sus mascotas. Algunas de ellas llegaron a formar parte de su obra. Hay para todos los gustos. Morrissey, Kurt Cobain, y Freddie Mercury demostraron su admiración por los gatos.
El recordado cantante de Queen sentía un amor muy especial por ellos. Tuvo varios como Tom, Jerry, Oscar, Tiffany, Delilah, Goliah, Miko, Romeo y Lily, y hasta les dejó parte de su fortuna.
Por ejemplo, Tiffany era una gata Himalaya que le regaló Mary Austin, su exnovia. Delilah fue su preferida y le compuso una canción que formó parte de Innuendo, último disco del cantante con la banda británica.
Otros rockeros fueron más jugados y se inclinaron por otro tipo de animales. Iggy Pop tiene una cacatúa llamada "Biggy Pop“, que tiene su propia cuenta de Instagram donde el artista publica fotos y videos del ave.
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Slash no se queda atrás con sus gustos. El guitarrista de los Guns N' Roses es fanático de las serpientes a las que llegó a definirlas como "mágicas". En una entrevista contó que le llamaron la atención desde muy chico y que le gustaba perseguirlas en los bosques de Londres, donde vivió parte de su infancia con su madre.
// Los "verdaderos animales" del rock que metieron la tapa
Elvis Presley tenía varios animales en su mansión de Graceland. Caballos, gatos y perros convivían junto al Rey del Rock. Pero un chimpancé llamado "Scatter" fue su preferido. El animal acompañó en distintas oportunidades al cantante y se fotografiaron juntos una infinidad de veces. Le gustaba jugar con los invitados.
Algunos creen que Scatter murió por una enfemedad hepática, otros cuando el cantante le dejó de prestarle atención.
Brian Wilson, mente brillante de Los Beach Boys, tuvo su gran obra maestra, Pet Sounds. Un disco esencial, con arreglos jugados, que marcó una etapa en los años '60, en plena psicodelia, gracias a su encuentro entre los instrumentos tradiconales del rock con vientos, cuerdas, por aquellos días ajenos al género.
Entre temas como "Wouldn't It Be Nice", "God Only Knows" o "Sloop John B", encontramos la dulce "Caroline, no". En esta canción, con una variedad de ruidos e instrumentación inédita, están los ladridos de Banana y Louie, los dos perros de Wilson.
Paul Mccartney, defensor de los animales, expresó todo su amor por su perra en el tema "Martha My Dear". Muchos pensaron que se trataba de una canción de amor para una señorita. "Mientras que todo el mundo piensa que es una canción sobre una chica llamada Martha, es realmente sobre mi perra, y nuestra relación es platónica", describió en una entrevista.
Según el libro Los Beatles en el final 1967-1970, de Sergio Marchi y Fernando Blanco, Martha fue la primera mascota que tuvo el músico. La compró en 1966, poco tiempo después de su nacimiento y lo acompañó al artista hasta 1981, en la granja que tenía Paul en Escocia. Uno de sus descendientes aparecería en la tapa del disco Paul is Live de 1993.
La canción formó parte del Álbum Blanco (1968) de Los Beatles. Se grabó en los Trident Studios. George Martin, productor de la banda, se encargó de los vientos y las cuerdas. La canción demostró las habilidades instrumentales de McCartney, que tocó todos los instrumentos, a excepción de los vientos y de la guitarra de George Harrison.
David Gilmour, sin darse cuenta, convertiría a un perro en una estrella de rock. En 1971, su amigo Steve Marriot, cantante y guitarrista de Small Faces y Humble Pie, le pidió que le cuidara su perro Seamus. Tenía que salir de gira y no lo quería dejar solo en su casa.
Gilmour no tuvo problema y lo sumó a su vida familiar. El guitarrista notó que cada vez que tocaba, el animal aullaba y ladraba siguiendo el ritmo. Podemos decir que se transformó por un tiempo en el quinto integrante de la banda. Sus aullidos formaron parte del disco Meddle (1971) de Pink Floyd en el track que lleva su nombre. Pero esta no fue la primera vez que entró en un estudio de grabación. Unos años antes, en 1968, el participó del tema "The Universal", de Small Faces.
Pink Floyd lo tuvo que reemplazar para el material Live at Pompeii (1972) La mascota elegida fue una perra llamada Nobs, que en los créditos del álbum apareció como “Mademoiselle Nobs”. Su dueña era Madonna Bouglione, hija del director de circo Joseph Bouglione.
"Black Dog" es un clásico de Led Zeppelin IV (1971) que fue editado como simple junto a la canción "Misty Mountain Hop". Aunque el título no está relacionado con la letra, el grupo se inspiró en un misterioso labrador negro que merodeaba afuera de los estudios mientras grababan el disco.
Un año antes, en Led Zeppelin III, el grupo británico incluyó el tema "Bron-Y-Aur Stomp", que estaba dedicada al perro de Robert Plant llamado "Strider".
David Bowie fue otro apasionado de los perros. Por ejemplo, la tapa de Diamond Doggs (1974), podemos ver a un extraño ser, mitad hombre y mitad perro, por el artista belga Guy Peellaert, basado en fotografías de Bowie por Terry O'Neill. Esto trajo polémicas para la época,ya que la portada completa desplegable mostraba los genitales de este híbrido.