Ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, nominado al premio Nobel de la Paz, "Mensajero mundial de la paz" según la UNESCO, cantautor, poeta, filósofo, intelectual, un ser curioso, sensible y sobre todo, libre. Ser feliz, su color de identidad. Un día como hoy, de 1937, nacía Facundo Cabral en las calles de La Plata. Un regalo a la cultura popular argentina, latinoamericana y mundial.
“Ellos son pobres porque solo tienen una casa, y nosotros somos ricos porque Dios nos dio un mundo para caminar”, le dijo su mamá cuando tenía 9 años y vivía en situación de calle junto al resto de su familia. El mundo estaba, y Facundo lo caminó, es que “No soy de aquí ni soy de allá” es mucho más que una canción. Sin una casa propia, viviendo en hoteles y en constante movimiento, Cabral se definió, muchos años después, como un “vagabundo first class”.
// Facundo Cabral: de aquí y de allá
Facundo Cabral descubrió la libertad cuando aprendió a leer. Cuando se enteró, a través de los libros, que en el mundo había “bosques enormes, gente de otros colores, islas y osos polares”. Yupanqui, el primer hombre que admiró, se convirtió, tiempo más tarde, en un íntimo amigo. Evita, su “heroína personal” y su “primer ejemplo ético”, quien lo atendió en 1946 en pleno acto público y le dio a él y a su familia, un techo y un trabajo. La Madre Teresa de Calcuta, Borges, Withman y Krishnamutan, algunos otros personajes que inspiraron su vida, repleta de anécdotas y de palabras. Una historia tan linda, tan rica y tan larga, que nunca se termina de contar, de explorar y de retomar.
A 82 años de su nacimiento y casi 8 de su asesinato, recordar a Facundo resulta tan inevitable como necesario. Escucharlo es un regalo que todos merecemos darnos. Sus escritos, sus entrevistas y sus canciones, son algunos de los lugares donde volver a encontrar al hombre que “ha perdido de todo menos la libertad”.