“Chicas y muchachos están unidos por el amor a la música, combatiendo la crueldad del mundo con una música maravillosa como la de Luis", expresó en uno de los tramos de la noche Emilio Del Guercio, exintegrante de Almendra y uno de los grandes anfitriones de la noche junto a Javier Malosetti, quien se encargó en todo momento de evitar caer en la nostalgia y buscó la complicidad del público y de sus compañeros en el escenario.
En un clima distendido, más de 50 músicos se reunieron para hacer un recorrido por algunas canciones que dejó Spinetta a lo largo de sus cinco décadas de trayectoria, en un concierto que permitió que muchos jóvenes escucharan en vivo a quienes integraron sus bandas históricas: Almendra, Pescado Rabioso, Invisible, Spinetta Jade y Los Socios del Desierto.
En formatos diferentes -los músicos entraban y salían del escenario con naturalidad- y siempre en función de la canción, a lo largo de la noche uno de los grandes ovacionados fue Machi Rufino (Invisible), especialmente cuando cantó “Durazno Sangrando”.
La emoción también llegó de la mano de la bella versión de “Para ir” (Almendra) que hizo Marcelo Torres solo acompañado por su bajo, y del blues “Cementerio Club” (Pescado Rabioso) en la voz y la guitarra de Malosetti, junto al piano acústico de Juan del Barrio, la batería de Gustavo Spinetta y el bajo de Matías Méndez.
A lo largo de más de dos horas y media en las que se extendió este tributo, “Spinetta: tu vuelo al fin”, también brilló la versión de “La herida de Paris”, que contó el piano original de Leo Sujatovich, Jota Morelli en batería, Daniel Farrón en guitarra y Malosetti en la voz y bajo.
Uno de los pasajes más especiales se dio cuando irrumpió en escena la esbelta Vera Spinetta, quien desde su voz etérea y dulce entonó “Cisne”, escoltada por Nico Cota, Malosetti y Claudio Cardone, luego “Ella también” -acompañada por Cardone en el teclado”- y “Tonta luz”, a la que se sumo la Orquesta Kashmir, dirigida por Patricio Villarejo.
Mientras las imágenes de Luis Alberto se sucedían, volvió a subir al escenario Del Guercio, quien interpretó “Crisálida”, una canción incluida en el disco Artaud, que nunca había sido tocada como en la versión original y contó con el piano y el arreglo de Carlos Cutaia junto a la orquesta.
La felicidad de dos emblemas del rock argentino como David Lebón y Ricardo Mollo, que cantaron “Laura va” y “Figuración”, respectivamente, contagió a un público respetuoso y agradecido que en los bises se puso de pie con las rockeras “Rutas argentinas” y “Me gusta ese tajo”, en la que todos los invitados tocaron como en una gran reunión de amigos que se juntan a tocar las canciones que más les gustan.
También participaron Black Amaya, Bocón Frascino, Lito Epumer, César Franov, Martín García Reynoso, Daniel Rawsi, Mono Fontana, Sergio Verdinelli, Guillermo Arrom entre otros, todos ellos íntimamente ligados al espíritu de la obra del músico y compositor fallecido hace más de tres años.