Las industrias musicales revivieron al calor de los clicks que los jóvenes cantantes le generaron. Pero no fueron suficiente. Al mismo tiempo, lo que nunca pudieron pronostiar los cráneos del marketing comercial y musical, es que un puñado de desconocidos con nombre fantasía ridículos hasta el paroxismo serían estrellas en las redes por hacer....nada.
Entonces,Justin Bieber, la megaestrella que ya no arrasa en la web, estuvo en España, país donde reinan Youtubers, dando unas entrevistas. Primero en el grupo Prisa, donde tenía pactada dos charlas en Los 40 principales. A los ocho minutos abandonó la primera charla diciendo que tenía que ir al baño.
Tras un sarcástico bufido después de un comentario del conductor, dejó sus auriculares, se levantó y se fue. "Ahora que te tenemos aquí tenemos a unos amigos, los principales youtubers de Europa (...) Tienen cientos de millones de seguidores", exageró el conductor, lo que provocó el disgusto de Bieber.
Pero el raid mediático de Bieber no terminó ahí. Más tarde participó del "El Hormiguero" donde tenía que jugar con un mago en un sketch inentendible que terminó con la joven estrella revoleando los guantes y haciendo el clásico gesto de "mirame las medias".
