Son dos referentes de la canción latinoamericana. Estilos opuestos que se atraen y que, juntos, logran una canción fresca y atrevida. “Te Juro” es el primer adelanto del sexto disco de Sol Pereyra y tiene a Kevin Johansen y a Los Mirlos como invitados.
Este tema, que abre un nuevo universo sonoro en la carrera de la compositora, logra sacar a los protagonistas de su zona de confort para darle paso a una pista electrónica bailable, un sello inconfundible del productor Raúl Sotomayor. “Fue un proceso orgánico donde nada estuvo forzado y fluyó sin contratiempos”, escribió Sol Pereyra sobre la grabación. “Algo único, un viaje de ida, una fiesta inolvidable, un día para recordar, una noche para bailar. Todos los tiempos, toda la música, todos los sabores en una sola canción”.
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Con una letra de liberación feminista, es la punta de lanza de un mensaje que se cuela entre la pista de baile. “La calle que reclama, hay que encender la llama; El tiburón se ha ido, de nuevo hay que echar lío”, canta Sol Pereyra mientras Kevin Johansen apuntala los coros con su voz grave inconfundible.
Sol Pereyra, una referente latinoamericana
Sol Pereyra es una de las personalidades más fuertes de la nueva música argentina. Tras estar radicada en México durante varios años, donde colaboró con Julieta Venegas, Carla Morrison y Natalia Lafourcade, regresó al país para ser profeta en su tierra y, desde entonces, no paró de crecer en convocatoria. Con cinco discos editados desde que comenzó su carrera solista en 2009, se convirtió en una auténtica trotamundos, viajando por toda Latinoamérica, Europa y Estados Unidos para llevar sus canciones. Con un mix de worldbeat, folklore y cumbia, la cantante encarna un espíritu multicultural que la llevó a convertirse en referente de la región.
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Su último EP, Existo, salió durante la cuarentena y representó una correlación estética y rítmica de Resisto, su álbum editado en 2019 y nominado a los Premios Gardel. “Poner el cuerpo es una actitud y poner el cuerpo en el baile es una actitud de resistencia”, le dijo a La Viola a propósito de las características de su mensaje comprometido mezclado con música que invita a ponerse en movimiento. “Siento que hay una disociación con el discurso, que cuando es comprometido tiene que ser escuchado sentado, y que la música para bailar tiene que ser banal. En realidad, el cuerpo en movimiento es una actitud de compromiso”.
