La fama, los contratos millonarios y las adicciones son algunos de los temas que aparecen en Better Man, la biopic que muestra las facetas más ocultas de Robbie Williams. La película no solo narra el éxito del cantante, sino que se centra en su sufrimiento y en una frase que le retumba en la cabeza: “Sos un Don Nadie”.
Lo más curioso del film biográfico dirigido por Michael Gracey -que se estrena este jueves 27 de febrero- es que el artista aparece todo el tiempo en la piel de un mono. Si bien para muchos puede parecer ridículo, esta representación fue aceptada por el músico británico ya que él se veía a sí mismo como este animal.
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En sus 2 horas y 15 minutos de duración, Better Man hace un repaso por las canciones de Robbie que se convirtieron en hits como “Rock DJ”, “Feel” o “Angels”. Pero también muestra el lado oscuro de esos éxitos: detrás había una persona que sufría por amor, atravesaba adicciones, depresión, el abandono de un padre, y el dolor por haber cumplido su sueño de la infancia pero sentirse vacío por dentro.
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Para relatar la historia personal con lujo de detalles, Michael Gracey tuvo entrevistas con Williams durante un año y medio, tal como contó en una reciente nota con Deadline. Fue en esas charlas que el también guionista se dio cuenta de que el artista repetía que lo habían “arrastrado para actuar como un mono”.
La ambición de fama de Robbie Williams
El cantante se veía a sí mismo como un “mono actor”. Esa percepción surgió desde muy chico cuando se enteró de que buscaban cantantes para una boyband. Quedó en el casting y a los 17 años empezó con Take That, el grupo que lo catapultó a la fama y que lo introdujo en sus problemas con las drogas. Con el tiempo se hartó de que lo subestimaran o de tener que hacer bailes ridículos en el escenario y a sus 21 aceptó la idea de irse de la banda para convertirse en un solista multimillonario.
Aquel hombre que llegó al mundo en febrero de 1974 en Reino Unido, siempre tuvo en su mente la presión de su papá, Peter Williams. Él le decía que para ser famoso tenía que nacer con “eso”, y sino, sería un “Don Nadie” por el resto de su vida. Esta idea lo atormentó por completo a tal punto de llegar a su adultez y creer que era “feo”, “estúpido” y que no tenía “talento”.
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Esa voz interior que le decía “no servís” lo acompañó en grandes momentos de su carrera. Pero, ante sus fanáticos y los medios de comunicación se mostraba arrogante y extrovertido. “Soy más rico de lo que jamás había soñado”, dijo durante una rueda de prensa en 2002 después de firmar contrato por 125 millones de euros con la discográfica EMI.
A finales de los 90 y principios de los 2000, Robbie había alcanzado la fama que anhelaba. Los reflectores lo iluminaban, las cámaras lo perseguían y tenía ese “talento” que tanto le exigía su papá. Incluso, dio tres shows en Knewborth, el lugar de sus sueños, y reunió en total a más de 300 mil fanáticos. Sin embargo, por dentro, su depresión, ansiedad y sus adicciones lo consumían cada vez más.
Los dramas familiares que atormentaban a Robbie Williams
A lo largo de la película se ven los dramas más fuertes que el cantante británico tuvo que atravesar a nivel personal. Uno de los momentos duros de su infancia, y el que más le costó superar, fue el abandono de su papá, Peter Williams, quien estaba enfocado en su rol de actor, cantante y presentador, y decidió dejar la casa familiar.
La angustia por esa indiferencia lo acompañó durante varios años de su vida. Incluso, su creencia de ser “poca cosa” está vinculada a este dolor que sufrió desde chiquito. Por eso, en el film se musicaliza esta situación dramática con la canción “Feel” que Robbie publicó en 2002 en su álbum Escapology. “Solo quiero sentir amor real, sentir el hogar en el que vivo... No quiero morir, pero tampoco me gusta vivir”, expresa en la letra.

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Con el tiempo pudo reconstruir el vínculo. Incluso, Peter se acercó más a su hijo cuando ya se había convertido en un exitoso cantante británico, y buscó ayudarlo con la carrera; algo que el artista le reprochó en varias ocasiones.
Otra situación angustiante que marcó a fuego su corazón fue la muerte de su abuela, Betty Williams, una de las personas que más lo incentivó para que se valorara y creyera en que tenía talento. Por eso, su pérdida lo destrozó por completo. En Better Man simboliza ese momento de dolor con “Angels”, la balada de su álbum debut Life Thru A Lens (1997) que se ganó el lugar de hit con su conmovedora letra.
Robbie también sufrió terribles tristezas en el amor. Uno de sus romances más conocidos fue con Nicole Appleton del grupo pop All Saints, con quien empezó un noviazgo en 1998. El artista no dudó en contar la crudeza de esta historia y expuso en la película la gran pena que sufrió cuando su pareja quedó embarazada pero la discográfica de la banda en la que ella cantaba la obligó a abortar. Al tiempo, se separaron, y Nicole conoció a Liam Gallagher de Oasis con quien se casó en el 2000 y tuvieron a su hijo Gene.
Las adicciones en medio del dolor y la fama
Algo que destaca a Better Man es la excelencia para mostrar cómo un sueño cumplido puede convertirse en una pesadilla. Por un lado, se ven los millones que ganaba el músico, los conciertos enérgicos que daba y sus discos con éxitos en las ventas. Pero en su mente tenía las angustias sin resolver y esa sensación constante de ser “poca cosa”
La depresión y la ansiedad lo atormentaban por completo mientras tenía la vida que siempre había anhelado. Sus problemas con las drogas y las mezclas con otras pastillas ya habían empezado en los ‘90 ensus primeros pasos hacia la fama, con la boyband Take That. En ese entonces, admitió haber tomado éxtasis en un “pub gay” y tuvo episodios en los que quedaba inconsciente por el consumo.

“Es una maldición conseguir todo lo que queremos”, es una de las frases que se escuchan en la película. En medio de su sufrimiento, Robbie se internó por primera vez en 2007 para tratar de superar su adicción. “Este trabajo es muy malo para mi salud, va a materme”, había dicho él mismo en su libro Reveal.
Estos excesos no solo lo complicaron mientras estaba en el auge de su carrera como músico, sino que lo acompañan hasta la actualidad. En el 2023 le contó a The Sun que sufre “andropausia” y reflexionó por la vida al límite que tuvo en su juventud. “La realidad es que estoy jodido por lo que me hice en los años noventa y parte de los 2000″, había admitido y aseguro que esa época lo dejó “destrozado”.
No es casual que Better Man lleve el nombre de la canción de Robbie publicada en su álbum Sing When You’re Winning (2000). Es que el tema recopila la intención del músico de dejar atrás su actitud soberbia y todo lo que lo perjudica tanto a él como a su entorno: “Estoy haciendo todo lo que puedo para ser un hombre mejor”.