Son muchos los artistas que utilizan experiencias personales como inspiración para sus canciones y que expresan sus sentimientos y vivencias a través de la música. Christina Aguilera se basó en la historia de violencia que sufrió con su padre ecuatoriano para escribir una de las canciones de su último disco.
Aguilera (2022) es el noveno álbum de estudio y el segundo en español de la cantante estadounidense. Fue comercializado como una trilogía dividida en tres extended plays (EP), que fueron lanzados por separado y que cada uno se centra en un tema específico: La Fuerza, La Tormenta y La Luz.
Una de las canciones más profundas es No es que te extrañe, donde recuerda su difícil y hasta traumático vínculo con su padre. “Yo no sé si tengo ganas de mirarte, porque duele solamente de pensarte”, comienza la letra.
De todas maneras, en el tema sugiere una especie de sanación e incluso comprensión hacia su padre: “No es que te extrañe, pero es que tengo miedo a que pasen los años y no te diga que ya entendí el pasado. Si fuiste ausente y callado fue porque también a ti alguien te hizo daño”.
En el videoclip oficial de la canción publicado en YouTube, una niña interpreta a Christina Aguilera durante su infancia, mientras que un hombre vestido de militar encarna a su padre. En varias escenas se muestra cómo él ejerce violencia física sobre su esposa, mientras su pequeña hija ve todo lo que sucede. “Este es probablemente el video más personal que he hecho y que alguna vez haga”, explicó.
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La cantante termina la canción con un breve monólogo: “Hay momentos en los que es mejor perdonar, aceptar el pasado, perdonar a los que nos hicieron daño y hasta los que nos han lastimado para poder encontrar la paz dentro de nosotros. Perdona, pero nunca olvido. Seguiré adelante, seguiré por mí”.
Christina Aguilera y su difícil infancia con un padre violento
Nacida en 1980 en Nueva York, es hija de Fausto Xavier Aguilera, oriundo de Ecuador y sargento del Ejército de Estados Unidos, y de Shelly Loraine Fidler, una estadounidense que trabajaba como maestra de español.
Fausto Aguilera no sólo ejercía violencia y maltrato psicológico y físico contra su esposa, sino también contra su pequeña hija. Debido a sus labores militares, la familia se mudó en 1983 a Japón. Tres años después regresaron a Estados Unidos y tuvieron una segunda hija, Rachel.
“Fui testigo de muchas cosas desagradables, muchos empujones, forcejeos, peleas y riñas. Fue duro, fue muy, muy duro”, recordó Aguilera en 2009 durante una entrevista con el programa televisivo E!.
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Por su parte, su madre contó una violenta situación que vivió Christina durante su infancia: “Estaba abajo en la casa y de repente oí un gran golpe. Subí las escaleras y allí estaba mi niña de 4 años. Tenía sangre bajando por el mentón. La levanté y le dije: ‘¿Qué pasa? y ella dijo algo así como que ‘papá quería dormir la siesta y yo hacía demasiado ruido’”.
Las situaciones de abuso nunca se detuvieron. Por eso, Shelly se mudó en 1987 junto a sus hijas a la casa de su madre en Pittsburgh y solicitó el divorcio. Entonces, Christina Aguilera comenzó una nueva vida.
El punto de inflexión ocurrió durante su adolescencia, cuando se presentó a un casting para formar parte de la tercera generación del programa de televisión infantil Mickey Mouse Club, donde conoció a otros jóvenes que se convertirían en estrellas como Justin Timberlake, Britney Spears, Ryan Gosling y Keri Russell.
