Antes de convertirse en Miss Bolivia y cantar contra la violencia y las injusticias, Paz Ferreyra fue cajera, camarera, niñera, productora de TV, profesora de yoga, cocinera y docente universitaria. También fue la psicóloga que trabajó en la contención de los familiares después de la tragedia de Cromañón.
La noche del dramático incendio en Cromañón, que el 30 de diciembre de 2004 dejó 194 muertos que habían asistido al recital de Callejeros, Paz celebraba la fiesta de fin de año con sus compañeros en el área de Emergencia Social y Catástrofes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Trabajaba allí desde que se había recibido como psicóloga en la Universidad de Buenos Aires.
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Paz Ferreyra nació en la Ciudad de Buenos Aires el 1° de abril de 1976, apenas ocho días después del último golpe militar. En 2004, a los 38, ocurrió la masacre de Cromañón. Apenas les avisaron lo que había ocurrido y vieron las terribles imágenes en la televisión, salieron todos hacia el edificio en Once -en la calle Bartolomé Mitre al 3000-, frente al que ya se sumaban las víctimas, mientras los jóvenes con quemaduras eran trasladados a los hospitales de la zona. Paz enfrentó la difícil tarea de contener a los familiares de los chicos y las chicas muertos y heridos en el boliche.
“Fue una de las situaciones de mi vida que me hizo redefinir lo importante -dijo en una nota con TN-. Vi cómo la contención y la ayuda desinteresada contribuyeron a transitar algo tan desastroso. Eso me quedó grabado: estar de cara contra la muerte antinatural y el desastre, te hace comprender en tiempo real algunas cosas.”
Miss Bolivia, una cantante y DJ feminista
Paz Ferreyra transitaba una crisis profunda porque no tenía trabajo ni casa. La habían echado del Canal de la Ciudad, donde había trabajado primero como asistente y después como productora de contenidos. Entonces se fue a vivir a la casa comunitaria de su amiga Paula Raffia, cantante de Las Taradas, en La Boca.
Ella armó su habitación en lo que era la cocina y donde había funcionado la panadería de la casona. La pintó, le puso un colchón y vivió ahí durante un año y medio. En ese mismo lugar decidió vivir de la música. Y decir cosas con sus canciones para ayudar a las y los demás, transformada en Miss Bolivia.
“Si le sirve a alguien yo estoy bendecida y satisfecha -explicó en la misma entrevista con TN-. Creo en la música y creo que genera cambios en la vida de la gente. Por eso, la elijo para transmitir los contenidos que quiero aportar”.
Era 2008 y tres años después lanzó su disco debut, Alhaja, que la llevó a recorrer Argentina, Latinoamérica y Europa. Su primer gran éxito fue “Jalame la tanga”.
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Sus canciones fusionan distintos estilos como cumbia, hip-hop, dancehall, bass, funk, moomba y house, “con la frescura de lo digital y la potencia de los ritmos originarios”, según explica en su web.
Y sus letras hablan de la legalización del aborto y la marihuana, el amor lésbico y la recuperación de las tierras para los pueblos originarios, entre otros muchos temas que le importan.
“Paren de matarnos”
Desde entonces, editó dos discos más: Miau, del cual es el hitazo “Tomate el palo” en 2013, y Pantera, en 2017. Su tema “Paren de matarnos”, de cuyo videoclip participaron Lali, Calu Rivero, Dolores Fonzi y Nancy Dupláa, nació después del asesinato de las dos chicas argentinas asesinadas en Montañita, Ecuador.
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Después de una década de noviazgos y convivencias con mujeres, Miss Bolivia se casó con Emmanuel Taub. La cantante se separó durante la pandemia, tras denunciar los golpes recibidos del investigador y mostrar sus hematomas en las redes sociales, para concientizar a otras personas acerca de que no deben aceptar maltratos ni violencia.
