“New York, New York”, “A mi manera” (My way), “Te llevo bajo mi piel” (I’ve got you under my skin) y “Extraños en la noche” (Strangers in the night) fueron algunos de los clásicos que Frank Sinatra cantó durante seis funciones en el Hotel Sheraton y el Luna Park de Buenos Aires en agosto de 1981, en su única y millonaria visita a la Argentina.
Frank Sinatra llegó al aeropuerto de Buenos Aires el 2 de agosto de 1981 junto a su esposa Barbara. Tenía 65 años, era una leyenda de la música y aún emocionó con su voz, aunque estuviera lejos de sus mejores momentos, tantas décadas atrás. Sus presentaciones habían agotado todas las entradas.
De impecable traje negro y moñito al cuello, primero brindó cuatro cena-shows para invitados especiales y espectadores que pagaron mil dólares en el Hotel Sheraton (5, 6, 7 y 8 de agosto). Y enseguida dio otros dos conciertos sold out en el mítico estadio Luna Park (9 y 10 de agosto).
A 24 años de la muerte de Frank Sinatra: “Palito” Ortega, el artífice del sueño
Siempre se supo que Ramón “Palito” Ortega había sido el artífice de la visita soñada por tantas personas, pero el cantante y empresario estuvo vinculado con quien se consideraba el máximo admirador de La Voz. Se trataba de su socio para esta aventura comercial, Ricardo Finkel, quien heredó su fanatismo de su padre José Finkel, que trabajaba en la discográfica RCA y había sido productor de Ortega durante 14 años.
Mientras Ricardo Finkel era el coordinador, porque tenía el contacto con los abogados de Frank Sinatra que hicieron posible la visita, Ortega era el director general y financista de la visita, que se llamó “La Voz en la Argentina”.
Siempre se dijo que la visita de Frank Sinatra resultó en una pérdida millonaria de dinero para “Palito” Ortega, en plena época de Lorenzo Sigaut, ministro de Economía de Eduardo Viola -en medio de la dictadura militar-, cuando la inflación llegó al 400 por ciento y el “cachet” del artista, pautado en dólares, se fue por las nubes. Y tanto fue así que un pico de estrés por poco lo deja al cantante tucumano afuera de los conciertos que tanto le habían costado.
A 24 años de la muerte de Frank Sinatra: las anécdotas en el país
Justamente Ricardo Finkel -a quien dicen que Sinatra consideraba como su “hijo argentino”- fue el protagonista de la historia más conocida. Fanático de la casa de pizzas Angelín, en Villa Crespo, decidió enviarle 17 pizzas de muzzarella y dos fugazzetas al cantante. Y, para que no se enfriaran, fueron custodiadas por la Policía en un viaje que duró sólo cuatro minutos hasta el hotel en Retiro, de contramano por Avenida del Libertador. Parece que La Voz dijo: “The Best!” (¡Las mejores!).
Una de las historias más repetidas cuenta que Frank Sinatra pidió un piano en su camarín en el Luna Park. Y que como no entraba, hubo que desarmarlo y volverlo a armar. Además, quiso que el escenario estuviera en en centro del estadio, como en los combates de boxeo, por lo cual hubo que reacomodar luces y equipos de música.
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Otra anécdota relata que el cantante pasó mucho tiempo en su alojamiento en el Hotel Sheraton. Pidió no ser molestado con visitas ni llamadas, a excepción de las de su ex esposa Ava Gardner. Aun así, en un cambio de turno de telefonistas no le pasaron una llamada de la diva. Al día siguiente se enteró y armó un gran escándalo.
La actuación del artista, acompañado por la orquesta del pianista Vincent Falcone, derrumbó todas las posibles críticas de quienes decían que a sus 65 años Frank Sinatra ya no era “La Voz”. Y a pesar de las pérdidas millonarias para “Palito” Ortega, los afortunados que asistieron a cada uno de los shows se llevaron un recuerdo inolvidable.