“Fue un fogón con amigos”, le cuenta Kevin Johansen a La Viola sobre Tú Ve, su nuevo álbum en el que reversiona clásicos “propios y apropiados” con colaboraciones de David Byrne, Natalia Lafourcade y Jorge Drexler, entre otras luminarias musicales. “Viví un proceso de conectar con canciones que me atravesaron a mi”.
El proceso nació en pandemia y fue una especie de tour de supervivencia con viajes a Uruguay para trabajar con el multipremiado Juan Campodónico (Bajofondo, el Cuarteto de Nos, entre varios etc), que dotó al álbum de un caracter íntimo con la voz de Kevin al frente. “Le dije a Juan: ‘Yo estoy a favor de la zona de confort, no estoy en contra’”, cuenta entre risas. “Él tiene una forma de laburar la música de tracción a sangre con tecnología donde se desdibuja donde empieza uno y termina el otro”.
Las canciones elegidas -las suyas y las prestadas- engloban su ADN cancionero y se ubican dentro del eclecticismo con el que supo dotar su carrera. De Lou Reed a Caetano Veloso; De Violeta Parra a Erasure. Dentro de ese círculo infinito, hay un Kevin Johansen con su registro más visceral para seguir descubriendo. “La idea fue darle una vuelta de tuerca a esas canciones para apropiarmelas; Una buena canción siempre es nueva, nunca envejece”.
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Los invitados responden a la lógica trotamundo de Kevin y a su caracter innegable para forjar relaciones a través de las canciones. Junto a David Byrne convierten “Anoche soñé contigo” en “Last Night I Was Dreaming With You”; Con Drexler hace “Suzanne” de Leonard Cohen; El Negro Rada aparece en una versión preciosa de “El Tungue Lé”; Natalia Lafourcade se apropia de “Tú ve” y Silvia Pérez Cruz suma su voz al lamento detrás de “Desde Que Te Perdí”. La única invitada que canta dos veces es Wiranda Johansen, su hija, que suma su voz en “Oración al Tiempo” de Caetano Veloso y cierra el álbum “Perfect Day” de Lou Reed en versión samba.
-¿Cómo se reconfiguró la relación padre/hija a través de la música?
-Es muy fluída y orgánica. Miranda nunca padeció el escenario. Una vuelta cantó de telonera de Jorge Drexler en el Gran Rex y yo estaba preocupado porque la gente entra, se sienta, charla; Y después del recital, le pregunté si estaba cómoda y me dijo: ‘papá, yo quiero vivir ahí arriba’. Ella alucinó con el show de Caetano Veloso en el que canta con sus hijos y me dijo ‘yo voy a relajar, podemos cantar juntos’. Como padre, quiero que ella esté cómoda y a gusto con lo que hace.
Su próxima gira mundial
Kevin está transcurriendo sus últimos días en Buenos Aires, antes de encarar un spoiler de su gira mundial con un par de fechas en las playas españolas y un show en Londres. A partir de agosto, y casi sin respiro, estará por Estados Unidos, Europa, Latinoamérica, el interior de Argentina y el 24 de septiembre presentará el disco en el teatro Gran Rex.
“Va a ser muy fiel a lo que propuso Campodónico en el disco, con pocos elementos pero grandes, muy espacial, y con el primer plano hecho en mi voz”, anticipa y cuenta que hay varias canciones en las que estuvo trabajando durante este proceso que van a ver la luz por primera vez en los recitales de la gira. “Va a ser un show minimal pero, a la vez, grandilocuente”.
-¿Cómo se logra trasladar esa intimidad a un show para multitudes?
-Depende mucho de uno, del disfrute. Comparo estar en el escenario con hacer una fiesta en tu casa, en la que estás pendiente de que todo estén cómodos para poder relajarte. Es una ola que hay que surfear. No seremos trabajadores esenciales pero sí presenciales. Necesitamos esa comunión con el público.
