Desde que comenzó la pandemia, Brian Agustín Figueroa y Camilo Petralia tuvieron claro que la música iba a ser su salvavidas emocional. El trabajo comenzó en cuarentena -con horarios fijos y sesiones virtuales-, siguió con protocolos y se materializó en Un domingo difícil, su álbum debut, que es la culminación de un proceso (y una amistad) que comenzó hace diez años, cuando sus caminos se cruzaron dentro de la escena del blues nacional. Algo así como andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.
Un disco íntimo, dotado de arreglos sutiles y que se potencia al descubrir un universo de canciones atípico de lo que suena por todos lados. Son cinco temas que se inscriben en la fábrica de melodías de George Harrison pero que encierran en su búsqueda una profundidad característica del buen rock nacional. “Esta semana estuve escuchándolo con miedo y me gustó”, cuenta Camilo entre risas en su visita a la redacción de La Viola.
-¿Cuándo se dieron cuenta de que era mejor ir juntos que separados?
-Brian: Estábamos los dos en el mismo momento de querer hacer canciones. Hay un momento en que uno empieza a empatizar y simpatizar más con un amigo y de repente empezás a pasar más tiempo con él. Desde ese lado te enterás más de la otra persona y cuando él me contó que quería empezar a grabar, yo le dije que estaba en la misma. Nos llevamos tan bien que decidimos hacerlo juntos. A la semana ya estábamos grabando.
-¿Qué le aporta cada uno al dúo?
-Brian: Camilo le trae mucha responsabilidad y musicalidad. Ponele que escuchamos un disco de Charly, él le presta atención a unas cosas y yo a otras. Nos complementamos, nos fusionamos y así logramos que las canciones se hagan el amor.
-Camilo: Él se viste muy bien para cada ocasión (RISAS). Tiene una respuesta natural a la música que te sorprende. Quizás estoy enroscado media hora con algo y él saca una carta, la muestra y digo ‘es por ahí’.
Brian y Camilo y su apuesta por un vivo de calidad
El punto de llegada de esta simbiosis musical se va a dar el próximo sábado 16 en Club Lucille, cuando toquen por primera vez con banda completa ante el público. Además de los cinco temas, sumarán los dos covers (“Sucio y desprolijo” y “Buscando un símbolo de paz”) con los que se presentaron ante la gente el año pasado y sumarán canciones inéditas que vienen trabajando y esperan grabar pronto. “Siguen la misma linea vintage del blues y el soul medio southern”, cuenta Brian.
-¿Cómo se modificaron las composiciones ahora que las llevaron a banda completa?
-Brian: Justo estuvimos armando la lista para que sea dinámica. Hicimos una gran intro extensiva y si bien son canciones de tres minutos, ¡tenemos ganas de tocar la guitarra!
-Camilo: Queremos meter momentos Allman Brothers de zapada y poder jugar con las voces. Trabajamos con distintas ideas para potenciarnos.
-¿Cómo conviven con la idea de que el género que hacen este corrido hacia los márgenes?
-Camilo: Hoy en día la onda que más se escucha tiene ciertas reglas con las que no nos guiamos. No nos sentimos parte. Se pueden seguir haciendo cosas con el rock que sean actuales, que tengan un tinte de tradición pero seguir reinventándolo. Lo importante es lo que tenés vos para decir como artista.