"La enorme responsabilidad de asegurar hoy, y para los tiempos, la democracia y el respeto por la dignidad del hombre en la tierra argentina", le dijo el flamante presidente Raúl Alfonsín a una multitud en la Plaza de Mayo, el 10 de diciembre de 1983. Una nación que festejaba el regreso de la democracia, luego de varios años de oscuridad. Una bocanada de aire fresco y de esperanza, en especial para los jóvenes.
El rock nacional en los '70 fue testigo de años violentos. Todo joven de pelo largo era mal visto por la Junta Militar, que tomó el control de todo y se comprometía a hacer "la reorganización nacional" al margen de la Constitución. Se confeccionaron listas con las canciones que no podían ser pasadas por las radios. Muchos artistas fueron prohibidos y tuvieron que dejar el país.
"En la música en general, la dictadura estableció un vínculo de tensión y hostigamiento. Sobre algunos géneros más que con otros. Tuvo una relación cordial con el tango o con algunas figuras representativas del género y violenta con el folclore, especialmente con el llamado del nuevo cancionero como César Isella o Mercedes Sosa. Había una línea de compromiso político y muchos representantes se fueron del país", le contó Segio Pujol, autor del libro Rock y Dictadura, a La Viola.
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En cambio, la relación fue distinta con el rock. Ser rockero era sinónimo de subversivo. Esto quedó registrado en el discurso que brindó el almirante Emilio Massera el 25 de noviembre de 1977, en la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del Salvador. "El estremecimiento de la fe terrorista, derivación previsible de una escalada sensorial de nítido itinerario (...) continúa con el amor promiscuo, se prolonga en las drogas alucinógenas y en la ruptura de los últimos lazos con la realidad objetiva, común y desemboca al fin en la muerte, la ajena o en la propia, poco importa ya que la destrucción estará justificada por la redención social", sostuvo frente a los alumnos.
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En 1982, durante la Guerra de las Malvinas, los interventores de las radios dieron la orden de no pasar música extranjera. Paradójicamente varios artistas que habían sido censurados durante la dictadura, se convirtieron en protagonistas.
Ya con la democracia, durante la primavera alfonsinista, aparecieron varios jóvenes con propuestas musicales diferentes. Soda Stereo, Sueter, GIT, Los Violadores, Los Twist, Virus, Sumo, Cosméticos, entre otros, que se sumaron a bandas que ya venían sonando como Los Abuelos de La Nada, Virus, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y Zas. Esos raros peinados nuevos, como los inmortalizó Charly García, dejaron en claro cuál sería el panorama musical de la década. Aparecieron nuevos escenarios para el rock como Café Einstein, Marabú, Zero, La esquina del sol, etc, todos bares que se transformaron en clásicos del "under" de la época.
Hubo un cambio en el mensaje. El rock nacional se interesó por otros estilos como la new wave o el punk, dejando de lado el rock sinfónico y contestatario de la década anterior. Este auge nacional también quedó reflejado en la industria musical. En 1981 se editaron 63 discos, 22 de ellos fueron debut discográficos. En 1983 fueron 75 de los cuales 32 fueron presentaciones en sociedad.
// A 30 años de "La dicha en movimiento" de Los Twist
Los Twist fue uno de los grupos que unos meses antes, en octubre, publicó su primer trabajo, La dicha en movimiento, con canciones divertidas, pero con un cierto toque de ironía . “Jugando hulla-hulla”, “25 estrellas de oro”, “S.O.S, sos una rica banana”, “Salsa”, “Cleopatra la reina del twist” y “Pensé que se trataba de cieguitos”, - esta última con una letra que representó los años de la dictadura- tuvieron una gran aceptación en los jóvenes del momento que no pararon de bailarlas.
“La propuesta es la alegría. Nosotros somos dicha en movimiento. Las letras tienen mucho humor y también algo de sátira. Eso sí, nuestras letras dicen cosas que no se escuchan a menudo, no sabemos si por tabú o por qué. Principalmente, la idea es divertirse. Queremos que la gente vuelva a reírse”, definió el grupo por aquellos años a la revista Pelo.
Una de las primeras medidas que tomó el gobierno de Alfonsín fue derogar las listas negras de las radios. Por esos días aparecieron nuevas propuestas para los jóvenes en los medios de comunicación, con programas de radio y de televisión que transmitían un marcado contenido social.
El rock tuvo su lugar en aquel 10 de diciembre. La posibilidad del destape, de volver con libertad, y de tomar un fuerte peso dentro de la sociedad. Ya nada fue igual.