Las Pelotas tocó miércoles y jueves en La Trastienda y cerró un año que los llevó a tocar por todos lados y, como no podía ser de otra manera, todo terminó donde empezó.
Pasadas las 21.30 se escucharon sonar los teclados de Sebastian Schajtel para que suene “Combate”, un viejo clásico para un arranque algo atípico, pero no por eso poco efectivo.
El clima ya venía caliente desde el primer show el miércoles, y se extendió hasta el jueves minutos después de terminar el show. La Banda Pelotera de Hurlingham, (algo así como La 12 pero de Las Pelotas), había empezado su fiesta con sus banderas y sus cantitos futboleros en la previa y siguió la fiesta adentro, donde no paró de agitar ni un segundo, para que ningún nostálgico se atreva a decir que los recitales no se viven como antes.
Leé también: El Plan de la Mariposa: los detalles de su último disco y la experiencia de ser una banda formada por hermanos
Lo que siguió fue “Escaleras”, otro tema de la época del entrañable Alejandro Sokol (líder de la banda fallecido en 2009) y el lugar a esa altura ya era una caldera humana y las clásicas pelotas inflables rebotaban por todo el lugar.
Germán saluda y da paso a “Que Podes Dar?”, “Víctimas del Cielo” y “Más que un Deseo”, con la mezcla perfecta entre melancolía y parsimonia, de algo que va a explotar en cualquier momento, pero no.
El show siguió con “Siempre Estará” y el hit “Personalmente”, cuando Daffunchio se sentó y cantó el tema junto a la gente pegado a las vallas y después bajó a saludar. Sin duda uno de los momentos mas emotivos de la noche.
Un mechadito Daffuncchiano con “Es Clara”, de la época actual de la banda, y “Saltando” de la época anterior y “Los Dos”, el último estreno de la banda.
¿Tienen calor? Pregunta German, y empieza a sonar “Veoyover” con Gabriel Dabhar de invitado en la voz, “un amigo que lleva a Hurlingham en la palma de su mano” como lo suele presentar la banda. Aparte de eso, fue uno de los rayos que generaron el Big-Bang rockero que hubo en esa parte del Conurbano de la época pre-sumo, porque viene tocando desde 1979 con distintas bandas que fueron mutando en 1990 a Caya Canaya, que es hoy, entre otras, de las bandas más legendarias de la ciudad del oeste, y viéndolo arriba de un escenario por sus movimientos y su entrega es imposible no acordarse del Ale, aunque uno eso lo haga todo el tiempo.
A medida que iba pasando el tiempo, el calor iba subiendo y el éxtasis era total para cuando tocaron “Hasta el fondo del rio” y “Blancanieves + 7″ con la versión del “vivo”, que no es igual a la del disco.
La fiesta era total y la banda sonaba muy ajustada en un lugar a que uno se imagine que están tocando en el living de su casa.
Vuelve Gabi Dabhar para “La Mirada del Amo” y “Muchos Mitos”, dos temas que siempre están al borde de romper el manómetro del pogo Pelotero. Pero todo lo que sube, tiene que bajar: “Sueño de Mendigos”, “Para Que?” y “Como se Curan las Heridas?” sonó después para calmar un poco a las fieras. Pero era solo la calma que antecedía al huracán, porque lo que siguió fue el cierre con el reggae “Hawái”, el hit “Será” y el clásico “Sin Hilo”.
Las Pelotas dieron una vez más, una clase magistral de Rock y entrega a un público de los más festivos del país, coronando un 2024 casi perfecto, (y es casi, porque la perfección no existe), sacando un disco en vivo, tocando en España, Uruguay y distintos puntos de la Argentina. Ahora se viene un 2025 que pinta movido como este año: de entrada el Cosquin Rock y el llevar la orgullosa bandera de ser la banda con más participaciones en ese festival y más adelante, el Quilmes Rock para volver a empezar, volver a seguir…
