The Rolling Stones se constituyó como una de las bandas de rock más icónicas de la historia, pero los integrantes del grupo necesitaron de una cuota de suerte para empezar a posicionarse a nivel internacional. Pioneros junto a The Beatles de la llamada “Invasión británica” por su influencia en el género, realizaron su primer concierto el 12 de julio de 1962 en el Marquee Club, epicentro de un milagro. Hace 60 años, empezó la leyenda.
The Rolling Stones: la formación de un símbolo
Keith Richards y Mick Jagger, dos de los miembros fundadores de Sus Satánicas Majestades, comenzaron a pergeñar la idea de formar parte de una agrupación a principios de la década del ‘60; posteriormente, el compositor Brian Jones se mudó a Londres con el mismo objetivo pero con escasos recursos. Por ello, decidió publicar un aviso en el semanario Jazz News: el pianista Ian Stewart y el guitarrista Geoff Bradford se sumaron a la iniciativa de Jones, que quería formar una banda de Rhythm & Blues.
De todas formas, los destinos de los cinco artistas se unirían un año después, ya en 1962. Brian Jones había participado, en varias ocasiones, de shows junto a Blues Incorporated, uno de los grupos pioneros del género. Incluso, el propio Jagger había prestado su voz en reiteradas oportunidades. Una breve conversación que involucró al cantante y a Dick Taylor, que supo desempeñarse como el primer bajista de los Rolling Stones, selló una unión que duraría seis décadas.
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Pocas semanas después, Bradford convocó al baterista de The Cliftons Tony Chapman para hacerse cargo de las baquetas y el nombre de la banda tomó forma: el artista de blues Muddy Waters lanzó un sencillo llamado “Rollin’ Stone”, que sirvió como referencia para los músicos y se transformó en identitario. Solo hacía falta brillar arriba de los escenarios.
The Rolling Stones: cómo llegó la primera oportunidad
La primera presentación les iba a aparecer de forma inesperada. Blues Incorporated había sido invitado para brindar un concierto en el Club Marquee, ubicado en la capital del Reino Unido, pero Alexis Korner, el cabecilla de la banda, recibió una oferta tentadora de un programa de jazz de la BBC que no pudo ser declinada. Así, la vacante libre fue ofrecida a los Stones, que no tuvieron el mejor de los recibimientos por parte de los espectadores a pesar de la sala llena.
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Stewart, que años después contaría los entretelones de aquel show, narró que interpretaron canciones como “Kansas City”, “Bright Lights”, “Back in the USA” y “Blues Before Sunrise”, todos covers de otras bandas. Muchos de esos temas estarían presentes en los discos iniciales de la banda, pero pasaron inadvertidos para la opinión pública aquel 12 de julio.
La poca prensa que había asistido remarcó ciertas características que, después, los llevarían al estrellato: su curiosa forma de vestir y el estilo desaliñado resaltaron por encima del inconmensurable talento. Esa noche, además, hubo un concurso de agrupaciones y la ganadora tendría la chance de tocar en un ciclo radial.
The Rolling Stones: las modificaciones que pasaron a la historia
El debut de los Rolling Stones, además de fundacional, provocó cambios trascendentales para el futuro del staff. Luego de varias giras por bares londinenses, Chapman y Taylor decidieron abandonar al grupo y fueron reemplazados por figuras históricas. Al irse, el baterista llamó a su amigo Bill Wyman, otro bajista, que debió realizar una audición para integrar Sus Majestades Satánicas.
Carlo Little aceptó ocupar el instrumento de percusión hasta conseguir un miembro pleno y, tras una recomendación, se sumó Charlie Watts, quien acababa de dejar Blues Incorporated. Su irrupción sorprendió a todos: se mantuvo en la banda entre 1963 y 2021, cuando falleció tras atravesar diversos problemas de salud.