Él era de Memphis (aunque había nacido Misisipi) y ella, de Brooklyn. Sin embargo, Elvis Presley y Priscilla se conocieron en Alemania en 1959, cuando el rey del rock and roll tenía 24 años y formaba parte del Ejército norteamericano cumpliendo el servicio militar. La historia entre ellos comenzó en la ciudad alemana de Wiesbaden y en los primeros meses fue un amor clandestino: Priscilla tenía apenas 14 años.
La joven estaba viviendo en Alemania junto a su madre y a su padrastro, Paul Beaulieu, quien era oficial de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Elvis ya era Elvis, con discos grabados y películas de Hollywood filmadas, pero Priscilla todavía era una niña, lo que provocó el inmediato rechazo hacia esa relación en su hogar.
Sin embargo, la pareja continuó relacionándose en secreto. Con apenas un encuentro en tres años y mucho contacto telefónico hasta que Priscilla, ya con 17 años, logró tener el sí de sus padres para viajar a Los Ángeles y juntarse con Elvis, quien estaba de gira y en pleno éxito de su carrera artística. Desde entonces, consolidaron un vínculo que incluyó matrimonio (con las formalidades del caso), el nacimiento de la única hija que tuvo Elvis, Lisa, y un divorcio en 1973 que dejó desamparado al cantante.
Elvis Presley hubiera cumplido 88 años: de un amor clandestino a dar el sí en el altar
En la década del 60, a Elvis le sobraban mujeres y dinero sin embargo le faltaba una pareja estable. Esa era Priscilla, pero sin la aprobación de la familia de ella, consolidar la relación fue un imposible. Por lo que el cantante debió negociar y llegó a un acuerdo: habría finalmente convivencia, si antes había casamiento.
Y la boda llegó el 1° de mayo de 1967, en el Hotel Aladdin de Las Vegas. Si bien para siempre Elvis sería el Rey, en aquella época Los Beatles había tomado la posta de la popularidad mundial. Sin embargo, aquel casamiento tuvo toda la pompa propia de una estrella de rock y fue uno de los mayores acontecimientos del jet set internacional.
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Diecinueve años atrás había quedado la mudanza de la familia de Elvis desde Misisipi a Memphis, donde Presley encontraría definitivamente su lugar en el mundo. Allí se disparó su carrera que, como suele ocurrir, comenzó con un traspié: una profesora de música de la escuela le dijo que “no sabía cantar”. Elvis, entonces un adolescente de 14 años, la desafío con un “es usted la que no sabe apreciar mi estilo”.
Los años transcurrieron veloces y los éxitos comenzaron a ser parte constante del día a día de Elvis Presley, quien primero se tiñó el pelo de negro (era rubio) y dejó crecer sus patillas, y luego comenzó a perfilar su particular estilo de frontman: sus movimientos pélvicos causaron furor. Aunque, también, horrorizaron a muchos mayores que veían gritar descontroladas a su hija y llamaban a los canales de televisión para que las cámaras tomaran a Elvis de la cintura para arriba.
Con la fama, además, llegaron los excesos para Elvis: drogas, alcohol y fiestas. Y Priscilla, una vez que comenzó a convivir con Elvis, quedó atrapada en ese combo. En 1968, con el nacimiento de Lisa, la única hija de ambos, la joven madre de 23 años comenzó a sentirse abrumada por el estado en el que solía estar su marido. Y cinco años después, el divorcio fue inevitable.
Elvis Presley hubiera cumplido 88 años: la separación de Priscilla y su vida en caída libre
El descontrol en el que vivía el cantante contrastaba con el día a día maternal de Priscilla quien, además, sufría las constantes y evidentes infidelidades de su marido. “Me cansé de vivir solamente su vida. Veía las películas que él quería ver. Escuchaba la música que él quería escuchar. Solamente iba a los lugares que él quería. Me perdí a mí misma y yo quería saber más del mundo y quién era yo”, contó tiempo después.
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Si la vida de Elvis ya era descontrolada, el post divorcio, que lo llevó a una fuerte depresión, lo desenfocó por completo. Aunque conservó hasta sus últimos días una afectuosa relación con su exesposa, el artista estaba completamente perdido y con una fuerte dependencia a las drogas. Tomaba pastillas para dormir, para despertarse, para estimularse… vivía para tomar pastillas.
Resistió a algunas sobredosis, pero su salud estaba cada vez más deteriorada y quebrada por su obesidad (comía vorazmente) y su hipertensión arterial. A eso, se le sumaron problemas renales que desencadenaron su descompensación fatal.
Elvis Presley, que cumpliría 88 años, murió en la madrugada del 16 de agosto de 1977. Solo, en su baño, con apenas 42 años.
