Nobeat está dispuesto a llevarse el mundo puesto. Con música que nace en su habitación, desde chico Christian Restrepo aprendió a conjugar sus influencias musicales (el soul, el r&b) con la música urbana que sonaba en las calles de Colombia. Tiene apenas 21 años pero la firme convicción -y el conocimiento- detrás de las consolas como para propulsar hits virales como “Se te nota” de Lele Pons y “Ayer me llamó mi ex”, el featuring de su amigo Khea con Prince Royce y Natti Natasha.
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Separado -o al menos intentándolo- de su faceta como productor, single a single viene construyendo una carrera como intérprete que le permite desarrollar una nueva faceta creativa. Sus canciones, que apunta al desgénero, son construcciones edificadas alrededor del funk y el reggaeton. Su último single, “Medio Crazy” junto a Khea, ya superó los seis millones de play y lo convirtió en una nueva voz referente del movimiento urbano.
-¿Qué encuentra uno en el otro para lograr la química de la colaboración en “Medio Crazy”?
-Nos entendemos bastante. A nivel musical, mi punto de vista es bastante es crítico con fundamentos. Pienso en mucho en estructuras y sonoridad, y el de él es más empático, en si la gente lo entenderá o no. Yo soy crítico de la sonoridad, de lo que transmite, pero él piensa en el público.
-¿Cómo evaluás tu evolución musical en estos 18 meses de pandemia?
-Aproveche los sentimientos del principio de la pandemia y lancé “Perreo Sano”, que no habla de rumba ni para dedicarla a una persona, sino más bien personal con una temática que no se canta en una canción.
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-Es una constante en tu carrera porque “Perreo Sano” son tres canciones en una, “Medio Crazy” va hacia los orígenes del funk.
-Ahí tengo la libertad y la habilidad del productor que uso mucho en mi parte de cantante. Como intérprete puedo jugar con los sentimientos y, a través del proceso, salir feliz. Entrené mucho esa parte y es el toque de Nobeat.
-¿Cuándo se junta el Nobeat productor y el intérprete? ¿Es fácil convivir siendo tu peor crítico?
-Se vuelve automático. Empiezo una idea, así sea por el lado de voz o producción, siempre estoy full crítico. Si a los 10 minutos no me gusta, empiezo otra. Siempre arranco desde un beat, y si no me transmite nada como cantante, lo borró. Tengo los dos puntos yendo de la mano en el proceso.
-¿Y cómo separás a Nobeat de Christian?
-Es algo que me ha costado. Siempre es como un alter ego, me ha gustado ser real. La única diferencia es que Christian es más casero, con menos farándula, no le gusta la calle; Y Nobeat es abierto, comparte su vida y representa todo. Es el personaje que es la marca.
-Como productor estás al tanto de las presiones del hit, ¿cómo lo vivís ahora como intérprete?
-Sería ideal que después de un tema grande viniera uno más grande, pero ahora estoy en el punto de que la gente sepa bien quien soy, que conecten con lo que soy y lo que puedo hacer. Quiero que Nobeat sea una plataforma donde la gente no escuche la misma canción ni el mismo ritmo. Quiero acostumbrar a la gente a eso, pero es más complicado en el proceso porque puede que de pronto no pegue, pero sí va a cumplir la función de mostrar mi versatilidad. Entonces acostumbro al público a que puedo salir con cualquier ritmo y que el tema sea un éxito”.
