Fue una noche especial y llena de emoción. Con la temperatura helada del sábado, Divididos abrigó con sus clásicos a los fanáticos que se congregaron gratuitamente en sus plataformas para disfrutar de “Se me llenó de hojas el bulín”, un ensayo de 45 minutos en que se los vio improvisando versiones de sus clásicos en un formato despojado que permitió entrar en la cocina de ideas del power trío.
El show fue grabado el 10 de junio en su sala de ensayo, justo el día en el que la banda cumplió 33 años de historia, y sonaron grandes canciones como “Vida de topos”, “Quince cinco”, “Azulejo”, “Qué Tal” y “Amapola del 66”, que se vieron potenciadas por la intimidad del registro, dirigido por Leopoldo Montero Ciancio -habitual colaborador del grupo-. El formato libre permitió demostrar (como si hiciera falta) la creatividad y vigencia de la obra de Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella.
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“El día de nuestro 33 cumpleaños nos juntamos como siempre en la sala. Movimos los equipos para tocar los tres en la misma habitación y compartir una canción con ustedes en nuestras redes. Quedó todo armado y volvimos al par de días. Esto que van a ver y escuchar es un ensayo de lo que después nos permite corrernos de las estructuras de los temas en vivo, haciendo estos ejercicios de tocar el tema que se nos ocurra en el momento y estar los tres en sintonía. Lo que nació ese 10 de junio como un festejo íntimo de cumpleaños, terminó en esta forma de comunicarnos y de ejercitar esta telepatía”, compartió el grupo en sus plataformas a modo de introducción.
Mientras continúa trabajando en nuevas canciones, Divididos prepara su regreso a los escenarios, con los protocolos y cuidados correspondientes, para el 28 y 29 de julio en el Teatro Ópera, donde ya realizaron una serie de recitales este año con entradas agotadas.
Las nuevas canciones
Tras meses de presentar material desde sus casas durante la cuarentena, en octubre pasado el grupo presentó “Cabalgata deportiva”, una canción compuesta durante la cuarentena y grabada en su sala de ensayo. El tema tiene el sonido clásico de los discos noventosos del trío y representa un nuevo paso hacia adelante de una bandas más ambiciosas de la Argentina. Con la potencia característica del vivo, y un aire zeppeliano, demuestran que en poco menos de cinco minutos se puede dar un mensaje claro sin dejar de sonar como una aplanadora.
Fue la cuarta canción que el grupo editó desde que publicó “Mundo ganado” a mediados de 2019, rompiendo así un silencio discográfico de casi diez años. Durante la cuarentena estrenaron “Insomnio”, la canción en la que venían trabajando antes de que la pandemia de coronavirus le pusiera un freno a sus ensayos en 2020.