Fueron amigos y enemigos íntimos, y de su fuerza de acción surgieron canciones que se convirtieron en clásicos instantáneos. George Harrison y Eric Clapton cosecharon una amistad que comenzó en 1968 y se extendió hasta el momento de la muerte del beatle, en noviembre de 2001. Pero a lo largo de casi una década se enfrentaron por el amor de Pattie Boyd, la primera esposa del compositor de “Something”.
Harrison y Boyd se conocieron en 1964 durante el rodaje de A Hard Days Night, la primera película del cuarteto de Liverpool. Ella interpretó a una colegiala que conocía al guitarrista en un tren. El flechazo fue inmediato y, pese a la timidez de George, comenzaron un romance que terminó en casamiento en enero de 1966, con Paul McCartney como testigo.
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Los dos guitarristas se conocieron a comienzos de la beatlemania pero recién entablaron una relación seria a principios de 1968, gracias a la irrupción en escena de Robert Stigwood, el manager de Clapton que se hizo cargo de los asuntos de Los Beatles después de la trágica muerte de Brian Epstein en agosto de 1967. Lo que comenzó como una situación de respeto pronto se convirtió en una amistad perdurable y un intercambio artístico que terminó por aflorar cuando Harrison le pidió a su amigo que tocara el solo de “While my guitar gently weeps”, una canción que corría el riesgo de quedarse afuera del disco The Beatles (más conocido como el Álbum Blanco) por la intempestiva relación entre los miembros del grupo.
Como eran vecinos, las visitas de Clapton al hogar Harrison se convirtieron en algo regular; una excusa que se inventó el guitarrista de Cream para poder pasar más tiempo con Pattie Boyd. Tocaban la guitarra, tomaban el te y el beatle le mostraba los avances sobre dos canciones que estaba trabajando para el último álbum de su banda: “Here comes the sun” y “Something”, dedicada a su esposa.
La carta que cambió todo
Una mañana, Boyd recibió una carta de amor que llevaba la firma de “E” y que cuestionaba su relación con Harrison. Ambos creyeron que era un fan beatle descarriado pero todo se modificó cuando esa noche Pattie levantó el teléfono y escuchó la voz de Clapton, que le demandaba una respuesta a sus insinuaciones. Ella se mostró halagada, desconocedora de esos sentimientos, e inquebrantable ante la voluntad de continuar su historia con su marido. Incluso le presentó a su hermana Paula, que terminó conviviendo con Slowhand.
El guitarrista había armado un nuevo proyecto, Derek and the Dominoes, que definiría su carrera. Hundido en el alcohol y la heroína, consiguió sacar adelante uno de sus discos más personales, menos exitosos y de mayor influencia en generaciones venideras. El álbum se llamaría Layla and Other Assorted Love Songs, y encontraría en la canción “Layla” el vendaval sonoro perfecto para volcar sus sentimiento hacia la esposa de su amigo. El tema fue un click en la relación entre ambos, que poco a poco se volvería una aventura a escondidas.
Las cosas escalaron en septiembre de 1970, cuando durante una fiesta a la que no asistió Harrison, ambos se pasearon de la mano y a los besos frente a los presentes. El escándalo fue tal que el beatle terminó llegando al lugar alertado por un colega y arremetió contra su amigo, que le terminó confesando que estaba perdidamente enamorado de su esposa. Harrison obligó a Boyd a tomar una decisión y la pareja regresó a su hogar.
Para finales de ese año, y tras el lanzamiento de All Things Must Pass, la pareja comenzó a resquebrajarse. La infidelidad de ella había hecho mella, pero el abuso de sustancias y las aventuras amorosas de él eran usuales y terminarían desgastando el matrimonio.
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A mediados de 1971, la pareja viajó a Nueva York para celebrar el Concierto para Bangladesh en el icónico Madison Square Garden. Clapton fue uno de los músicos invitados y se lo vio en pésimo estado; Incluso, se desmayó durante el recital. Esa noche, los (ex)amantes no se dirigieron la palabra.
El reencuentro y nacimiento del romance
Tras años de rehabilitación, Clapton estaba listo para reavivar su carrera. Sus amigos organizaron un recital en el Rainbow Concert a finales de 1973 con sus grandes amigos músicos invitados. Harrison y Pattie Boyd asistieron al concierto y verlo tocar “Layla” hizo resurgir sus sentimientos. A comienzos de 1974, la pareja finalmente firmó su divorcio y ella se fue a vivir a Estados Unidos, justo donde el guitarrista estaba de gira con su exitoso 461 Ocean Boulevard.
Se casaron el 27 de marzo de 1979 frente a pocos testigos, pero la fiesta se celebró en mayo en Londres, con George Harrison junto a su nueva esposa Olivia en primera fila. Tras una década de matrimonio, sellaron su divorcio.