A Los Caligaris es casi imposible borrarles la sonrisa. Tienen un master en poner el pecho ante la adversidad y salir airosos ante cualquier situación. Aunque 2020 significó guardarse y no poder presentar Salva, su disco editado a finales de 2019, por toda Latinoamérica, ellos no pierden la alegría.
Desde su bunker en Córdoba, donde están preproduciendo nuevas canciones, Raúl Sencillez y Martín Pampiglione se acomodan en distintos lugares de su sala para hablar con La Viola sobre su nuevo espectáculo “Todo vuelve a comenzar”, que presentarán el 19 y 20 de febrero en el Anfiteatro del Parque Centenario.
-Para una banda que gira tanto como ustedes, ¿cuánto les costó estar 10 meses encerrados?
Martín: Hicimos de todo el año pasado. Videoclips, recitales en streaming, pero nos faltaba el escenario, salir de gira, ir en el micro juntos y parar en la ruta. Eso nos costó. Al principio estábamos tranquilos, pero la falta de vivo se hizo sentir, porque nosotros tocamos cien shows por año; Vivimos arriba de un colectivo, de un avión y esa imposibilidad nos empezó a pesar.
-¿Cómo readaptaron su show tan físico a los nuevos protocolos?
-Raúl: Las modalidad y protocolos te llevan a que la gente esté sentada con el tapabocas puesto. Ideamos un show en el que la gente estando sentada también lo disfruta. Hay una coreografía donde bailamos sentados para que la gente la pueda repetir, tenemos el “responsablomato 9000”, que es un aparato que inventamos a modo de chiste pero que concientiza a la gente; inventamos que alguien suba de manera virtual al escenario... Siempre con humor, porque esa es la idea de la banda. Todavía esto no terminó pero son las bases y condiciones que tenemos que aceptar.
-En momentos de incertidumbre, están componiendo nuevas canciones. ¿Cómo logran que la situación no afecte el estado de las canciones?
-Raúl: En tiempos donde se habla de contagios, nosotros vemos que tenemos que ser más fuertes en el contagio de la alegría, con la buena onda que hace falta en estos tiempos y que venimos abrazando desde 1997, cuando subimos por primera vez a un escenario y hoy seguimos las mismas ganas o más. Estamos convencidos de que la alegría hace bien al cuerpo, al alma y pensamos seguir por este camino, por los siglos de los siglos, amén (risas)
-Martín: Pasamos muchos momentos difíciles. La carrera parece sencilla, la gente nos ve en el escenario que nos divertimos, pero hemos sabido sortear escollos. Esta es una piedra más.
-¿Cuánto les influye en el armado de canciones la facilidad que tienen de medir qué le gusta a su público gracias a las plataformas digitales?
-Martín: El rock argentino es distinto al resto de Latinoamérica. Desde Chile para arriba hay una coherencia en la música, con tumbadoras y timbaletas, donde bandas como nosotros caen como anillo al dedo. A nosotros lo que más nos funciona es el vivo, que es muy potente. No dependemos de las canciones, sino que hacemos canciones para ver, porque cada una tiene una historia distinta en el escenario.
