Aún falta para el verano. Y, pandemia mediante, no está claro cuánto y cómo se podrá hacer para pasar esos días tan esperados de calor al aire libre. Lo que sí se sabe es que, sea como sea, el perro que forma parte del hogar estará ahí, con sus dueños. En la playa, en el jardín, al borde de la pileta o en el paseo que se planifique o se permita, él caminará o jugará con la familia y estará a merced del intenso sol. Es por esto que surge la pregunta acerca de si necesita protección solar como los humanos para estar protegido de eventuales quemaduras.
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Según un artículo de Experto Animal es necesario ponerles a estos animales lociones protectoras ya que hay zonas de su cuerpo como el hocico, el abdomen y las orejas, que son muy sensibles a la exposición solar. También hay razas de pelos más finos cuyos lomos pueden sufrir heridas y lesiones. Estas cremas no sólo los protegerá de la insolación, sino también del cáncer de piel.
Es posible usar los distintos productos preparados para los humanos, en especial aquellos que tienen un rango de cobertura mayor a 30 y no contienen elementos nocivos para su salud (como el zinc o el ácido paraaminobenzoico). Aunque también existe un mercado de protectores especialmente diseñados para canes. En estos casos y de acuerdo a la raza, es preciso consultar al veterinario cuál es el más apropiado, aquel que le dé más seguridad sin efectos colaterales.
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Estas cremas especiales se realizan respetando el PH de los perros y tienen un contenido hipoalergénico indicado para ellos. Son resistentes al agua, tienen una protección de 30 a 50 y poseen sustancias combinadas que no les irritan la piel. A su vez, suman la cuota necesaria de hidratación para mantener el cuerpo fresco.
Las zonas más desprovistas de pelo son las que deben estar cubiertas con la crema, según se explica. Las puntas de las orejas, el hocico, las patas y abdomen suelen no tener el grueso de pelaje que sí contiene el resto de su cuerpo. Por este motivo, es ahí donde hay que protegerlo más.
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Los especialistas aconsejan cubrir esas partes con la cantidad necesaria de loción y no excederse para que el perro no se tiente en lamer la sustancia y así evitar intoxicaciones. Esta acción hay que repetirla cada dos horas promedio.
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También es clave revisar el lomo del animal para detectar si hay reacciones o si hay porciones de su cuerpo tomadas por el sol que no fueron debidamente cubiertas. De este modo se evitará que un viaje de placer para la familia se vuelva una experiencia incómoda o dolorosa para el querido amigo.
