Un perro de raza San Bernardo protagonizó una huida por las calles de Old Louisville, en Kentucky, que terminó con el animal arrojándose al vacío desde un puente de al menos seis metros de altura. El animal huía descontrolado y preso de los nervios cuando decidió saltar para no ser contenido por las personas que se encontraban en el lugar. Pese al increíble golpe, el animal sobrevivió.
Al parecer, este San Bernardo había tenido muy malas experiencias con los humanos por lo que temía que se le acercaran y huía de las personas que lo querían ayudar. Por ello, todo terminó en un serio accidente.
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Según reportan los medios del lugar, por Old Louisville lo vieron correr y mientras trataban de acorralarlo para poder cuidarlo, el perro se atemorizó, subió la interestatal y la saltó. Al tratarse de un perro grande, el golpe fue duro, pero precisamente eso fue lo que contribuyó a que no perdiera la vida.
El momento del accidente
Tras arrojarse desde el puente de seis metros, las personas que se encontraban en las inmediaciones se acercaron para evitar que se moviera y de inmediato llamaron a Louisville Metro Animal Services, quienes trataron de encontrar a su dueño. En ese momento se confirmó que el perro no tenía familia, así que la Kentucky Humane Society se hizo cargo de él y lo llamaron Ludwig van Beethoven, en honor a su raza y al músico.
“Queremos tomarnos un momento para agradecer a todos los que ayudaron a poner a salvo a este animal, fue un verdadero esfuerzo comunitario. Desde Abigail y Griffin que presenciaron la escena y proporcionaron fotos de los esfuerzos de rescate, a los espectadores que se quedaron con Ludwig y lo calmaron hasta que llegó la ayuda, a los increíbles y heroicos oficiales de control animal que transportaron a Ludwig a salvo”, explicaron desde el refugio en el que dieron asilo al perro.
Tras ser rescatado, inmediatamente le practicaron numerosos exámenes para saber cuál era su estado. Allí corroboraron que tenía fractura de fémur y de tres huesos metacarpianos. Pese a ello, el pronóstico era alentador y todo hace prever que se recuperará favorablemente a la brevedad.
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Lo cierto es que la historia cobró gran relevancia y numerosas personas colaboraron con los gastos médicos del San Bernardo. Seguramente, pronto aparecerá alguna familia que quiera adoptarlo. Mientras tanto, el animal es asistido en un reconocido refugio y evolucionando de las heridas que se ocasionó al arrojarse desde este alto puente.
