Coral Lytle, una mujer Californiana de 41 años, abusó de dos chicos de 14 y 15 años de edad. No eligió a sus víctimas al azar: se trataba ni más ni menos que de los novios de sus hijas.
El caso que escandalizó a EEUU arrancó en octubre de 2017 con una llamada a la Policía de la ciudad de Visalia, en California, Estados Unidos. Un chico de 15 años denunciaba haber tenido una "relación inapropiada" con una mujer de 40 años, que no era otra que la madre de su novia.
Después de unos días de investigación, las autoridades descubrieron que otro chico había sido víctima de Lytle. Un menor de 14 años que era el novio de otra hija de la acusada.
Según la Justicia del condado de Tulare, la mujer, casada y madre de cuatro hijos, les daba cigarrillos, alcohol y lo hacía ver pornografía antes de abusarlos.
El mayor de los adolescentes dijo que mantuvo tres veces relaciones sexuales con su "suegra" pero detuvo estos encuentros porque, según declaró, sentía culpa ante su novia y el padre de esta.
Cuando estalló el escándalo, Lytle fue detenida y acusada por 21 cargos de delitos sexuales, mientras que su marido le pidió el divorcio.
Aunque al principio negó los cargos, Lytle finalmente llegó a un acuerdo con la Justicia y se declaró culpable a cambio de una condena a seis años de prisión en libertad condicional.
Sin embargo, este lunes un juez dijo que no creía que la sentencia estuviera bien por lo que decidió demorar el caso y programó una nueva audiencia para el lunes 22 de abril. Si lo decide, Lytle podrá retirar su declaración de culpabilidad, pero también podría ser condenada a tres años de prisión firme.
