Pedro Hernández, de 51 años, confesó esta semana haber asesinado a Etan Patz, de 6 años, en Nueva York hace 33 años y dijo que no sabe por qué lo hizo, solamente "sentía ganas de matar".
En 1979 Etan fue reportado como desaparecido cuando fue solo por primera vez a tomar el micro escolar. Nadie lo volvió a ver.
Durante la década de los 80 su rostro, sonreído y rodeado de cabello liso, apareció en los cartones de leche en Estados Unidos, y ayudó a lanzar ese movimiento nacional para alertar a la sociedad sobre niños desaparecidos. El presidente Ronald Reagan estableció el Día de los Niños Desaparecidos en su nombre el 25 de mayo, hoy se cumplen 33 años de su desaparicón.
Una nueva pista desempolvó el caso hace un mes. Hernández fue detenido esta semana y confesó haber asesinado al niño después que su cuñado llamara a la policía, tras ver la cobertura del caso en los medios. Kelly señaló que Hernández había confiado a la familia que había matado a un niño en Manhattan.
Hernández dijo a la policía que ofreció a Etan un refresco y así lo llevó al sótano de su tienda. Ahí lo estranguló, envolvió los restos en una bolsa y lo metió en una caja que dejó entre la basura de un edificio cercano.
El hombre, consumido por el cáncer, está arrestado y fue trasladado a un hospital, donde permanece bajo vigilancia, y se espera que comparezca en el juzgado a lo largo del día. Según el New York Post, el hombre lloraba en la declaración y repetía "no sé, no sé", refiriéndose a la razón por la que mató al niño. Agregó que lo hizo porque “sentía ganas de matar”.
Hernández tenía 18 años cuando dice haber asesinado al niño. Ahora estaba viviendo con su mujer e hija adolescente en la frontera entre Nueva Jersey y Pensilvania.
Había otro sospechoso en el caso, José Ramos, encarcelado por acosar sexualmente a otros dos niños en los años 80. Hace más de 20 años le confesó a un fiscal que había llevado a Etan a su apartamento, había intentando abusar de él y que lo había dejado marchar.
