"Voy a avanzar un poco más a ver qué es lo que se ve. Allá viene un carro hidrante". Esa fue la última declaración de Nelson Castro antes de que se desatara el caos en las angostas calles de Quito. Las fuerzas de seguridad habían lanzado bombas de gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes que se agolparon en el centro histórico de la capital ecuatoriana para luchar contra la suspensión de los subsidios al combustible. Entre los empujones y las corridas, El Corresponsal no dejó de relatar lo que sucedía.
// TN en Quito: máxima tensión en Ecuador, toque de queda y nuevos incidentes
En medio de la vuelta del presidente Lenin Moreno a la capital y una nube espesa de gases lacrimógenos, Nelson comenzó a describir la tensión que se vivía dentro de la marcha en las cercanías del militarizado Palacio de la Presidencia. De un momento a otro, el equipo de TN tuvo que escapar del lugar porque la Policía Nacional había comenzado a reprimir a los manifestantes.
"Es una situación de enorme riesgo la que estamos viviendo. Estamos retrocediendo. Se vive una tensión como consecuencia del camión del ejército en el centro histórico de Quito", decía el periodista mientras era empujado por una marea de gente que escapaba de los gases. El relato se cortó abruptamente sin saber el motivo.
Luego, Nelson salió nuevamente al aire y contó que logró refugiarse con su equipo del epicentro de la protesta y se encuentra bien. "La represión fue brutal. Nos cayó una bomba de gas lacrimógeno y tuvimos que huir del lugar. Esto coincidió con la presencia de Lenín Moreno en Quito que decidió continuar en el medio de una negociación muy difícil", relató, en diálogo con TN Central.
El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, se enfrenta a una huelga general y una movilización organizada por comunidades indígenas en Quito, un día después de verse forzado a mudar el gobierno a Guayaquil por la escalada de protestas contra la suspensión de los subsidios al combustible, una medida enmarcada en un plan de ajuste del Fondo Monetario Internacional (FMI). En paralelo, los principales sindicatos del país convocaron a un paro nacional y se sumaron a las protestas.
Con algunas rutas cortadas, sin transporte urbano y con la capital prácticamente tomada y llena de barricadas, el gobierno no pudo retomar las clases en todos los colegios y centros de educación superior, como había prometido, lo que sumó a la sensación de parálisis en una buena parte del país. En este difícil contexto, el presidente intentó recuperar el control de la capital y volvió este miércoles a Quito, aunque su gobierno no informó de su paradero exacto por razones de seguridad.
"La embajada argentina en Ecuador bajo el mando de Rubén Darío Giustozzi estamos coordinando para asistir a los ciudadanos argentinos se pueden ver afectados por estas movilizaciones", expresó el cónsul argentino en Ecuador Francisco Boulin. "Acá viven unos cinco mil argentinos repartidos en Quito y Guayaquil. Recomendamos evitar el centro histórico, que es una zona de protestas, y que se pongan siempre en contacto con nuestras guardias", agregó.