El Ministerio de Exteriores británico convocó este lunes al embajador ruso en el Reino Unido, Andrei Kelin, para expresarle la “profunda preocupación” del Gobierno por el envenenamiento del líder opositor Alexei Navalni y exigir una investigación.
Un alto funcionario del Foreign Office trasladó al diplomático que Rusia debe “responder” ante ese ataque y le insistió en que es “absolutamente inaceptable que se haya utilizado un arma química prohibida”, señaló el Ministerio en un comunicado.
Navalni fue envenenado con el agente tóxico Novichok, la misma sustancia con la que fue atacado el exagente ruso Sergei Skripal en el Reino Unido en 2018.
En respuesta a aquel episodio, Londres expulsó a 23 diplomáticos rusos y apremió a socios europeos y a Estados Unidos a tomar medidas similares.
“Rusia debe llevar a cabo una investigación criminal completa y transparente sobre el envenenamiento de Navalni”, indicó este lunes Exteriores.
“Esto ocurrió en suelo ruso, contra un ciudadano ruso. Tienen obligaciones internacionales que cumplir. Esto es nada menos que un ataque contra el sistema internacional basado en normas que mantiene la seguridad en nuestras sociedades”, agregó el Foreign Office.
Navalni ha salido del coma inducido en que se encontraba tras ingresar en la clínica berlinesa de La Charité el 22 de agosto y su estado “ha mejorado”, según el parte médico emitido hoy por ese centro.
Desde que Navalni sufrió un colapso en un vuelo entre Siberia y Moscú se sospechó que había sufrido un envenenamiento, extremo negado por los médicos rusos que lo trataron inicialmente.
Los primeros exámenes practicados en Berlín reforzaron la sospecha y unos análisis posteriores realizados por un laboratorio del Ejército alemán la confirmaron e identificaron que la sustancia que había afectado a Navalni era del grupo Novichok.
Merkel instó la semana pasado a las autoridades rusas al total esclarecimiento de lo que calificó de “intento de asesinato con veneno” y advirtió de que buscará una respuesta conjunta a escala de la UE y la OTAN.
Desde la oposición se han sucedido las exigencias para que se paralice el Nord Stream2 que debe garantizar la llegada de gas ruso a Alemania.
El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, abrió este fin de semana la puerta a posibles sanciones contra Moscú, sin descartar que éstas puedan afectar al proyecto.
La recuperación de Navalni puede dar un nuevo giro a la situación, cuando el político opositor esté en condiciones de pronunciarse públicamente.
Fuente: EFE
