Sudán tiene 42 años y es el último macho sobreviviente de su especie. Lleva encima la responsabilidad de ser el único que puede garantizar que los rinocerontes blancos no desaparezcan.
Por eso las autoridades de Kenia están buscando por todos los medios que su vida no corra peligro y decidieron custiodarlo las 24 horas durante los 7 días de la semana. El gobierno no quiere que un cazador furtivo termine con la vida de Sudán. Especialmente cuando en algunas partes de Asia creen que sus cuernos pueden curar diversas enfermedades.
Sudán había pasado gran parte de su vida en un zoológico de República Checa, hasta que en 2009 lo llevaron al centro de Kenia, en donde está bajo protección por guardias armados.
"Siendo realistas, estaríamos viendo morir a estos animales más o menos en la próxima década. Pero esperamos que al usar métodos artificiales de reproducción podamos reintroducirlos en el futuro", advirtió George Paul, el veterinario adjunto del centro de conservación en Kenia.
Mientras tanto, Fatu, de 15 años, y Najin, de 25 años, las compañeras de Sudán, viven en el mismo centro de conservación. Allí los expertos se esfuerzan por garantizar que la subespecie no se extinga y puedan dejar descendencia.
Aunque los tres rinocerontes blancos del norte se encuentran sanos, la edad puede ser un factor que dificulte el apareamiento. "Actualmente, Sudán está viejo y podría no montar y aparearse con una hembra de forma natural", dijo el veterinario.
"Con base en un reciente examen de salud que se llevó a cabo, ambas hembras tienen ciclos de celo regulares, pero no se ha registrado ninguna concepción".
"En los últimos años, se ha registrado el apareamiento entre diferentes parejas, pero no se han registrado concepciones", explicó Paul a la CNN. "Najin podría concebir, pero sus patas traseras son tan débiles, que posiblemente no podría soportar a un mancho montado", agregó.
