Así como Rayuela transformó, hace 51 años, la geografía urbana de Buenos Aires y París en su escenario literario, ahora Rayuelarte, la intervención artística de Marta Minujín que homenajea a Cortázar, volvió a conectar ambas ciudades, esta vez en el corazón de París.
En la place du Palais Royal, frente al Louvre, Minujín dispuso 70 rayuelas coloridas y otras tantas "piedras mágicas" de colores flúo para que los parisinos jugaran y saltaran. El que lograba ganar 7 rayuelas se llevaba una a escala firmada por la artista. Además, un grupo de saxofonistas musicalizaba las jornadas con fraseos de Charlie Parker, envolviendo el homenaje en el sabor del jazz que tanto gustaba a Cortázar. Minujín conoció al escritor en París gracias a Alejandra Pizarnik y compartió con TN sus recuerdos de esos tiempos de efervescencia artística que tuvo a la capital francesa como eje mundial.
El surrealismo latinoamericano, que encuentra en Rayuela una pieza emblemática, se reprodujo de la mano del arte para un homenaje lúdico, irreverente y lejos de cualquier solemnidad. El arte efímero de participación masiva que cultiva la artista argentina permitió que Cortázar volviera a cruzar puentes entre ambas ciudades, en el centenario de su nacimiento.
