La catedral de Notre Dame de París, uno de los monumentos más emblemáticos de la capital francesa, fue destrozada por el incendio de este lunes. La parte superior de la estructura fue la que más se vio afectada.
Tras la conmoción inicial, el mundo entero se predispuso para reconstruir este lugar histórico y se dieron cadenas de oraciones en toda la ciudad. Y allí viajó Nelson Castro, el corresponsal de TN, para mostrar en primera persona la nueva cara de París.
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Este martes, Nelson fue el primer periodista de un medio argentino en arribar al lugar y fue testigo de una gran ceremonia religiosa en la plaza Saint Michel (a metros de Notre Dame), que había comenzado con una procesión desde la Plaza de la República.
Allí, un coro junto a una orquesta sinfónica acompañaban a las miles de personas que realizaron el recorrido, acompañados siempre por una imagen de Nuestra Dama, símbolo de la catedral.
“París expresa así su emoción por la tragedia que representa este incendio, dando idea de lo que significa para ellos este símbolo no solamente para los católicos sino para todo Francia”, expresó Nelson sobre lo que pudo percibir de la gente en esa ceremonia.
“Estoy conmocionada por el hecho, pero muy impactada por la gente que hay y con la esperanza de que la catedral pueda ser reconstruida rápidamente”, le dijo una joven parisina a Nelson.
Por su parte, uno de los sacerdotes a cargo de la Juventud Católica francesa le afirmó: “Se salvó el exterior y la estructura de la catedral, esto permitirá reconstruirla. Los bomberos hicieron un gran trabajo y se pudieron rescatar la cruz y la imagen de Notre Dame, además de la corona de Cristo”.
El lunes por la noche, miles de personas se alinearon en las márgenes del río Sena alrededor de la pequeña Isla de la Cité, que alberga a la catedral, viendo incrédulos y horrorizados.
Las llamas se esparcieron por el techo y la parte posterior de la estructura. La aguja ardió y se desplomó. El jefe de bomberos de París reportó que las cuadrillas tuvieron problemas para contener el incendio, que se extendió hacia el exterior de madera de la iglesia y hacia una de sus distintivas torres. Los chorros de agua de las mangueras azotaron la fachada de Notre Dame.
