Una bomba que cayó sobre Múnich en la Segunda Guerra Mundial fue detonada por las autoridades, luego de que fracasaran los intentos por desactivarla. El artefacto, de unos 250 kilogramos de peso, había sido hallado por obreros debajo de un bar, en el barrio Schwabing de la ciudad alemana.
Para ejecutar esta detonación controlada, más de 2.000 personas en un radio de 300 metros fueron evacuadas. Además, se cerró una estación de subte y la Leopoldstrasse, una de las calles más transitadas de Múnich.
"La bomba podía estallar en cualquier momento", aseguró un portavoz de los bomberos locales, quien destacó que el detonador de la bomba se encontraba activo. Además remarcó que, en caso de que el artefacto estallara, el edificio situado junto al lugar donde se lo encontró hubiera sido completamente destruído.
Tras la detonación, los bomberos tuvieron que extinguir varios incendios menores. La paja que había sido acumulada para reducir los efectos de una explosión se incendió parcialmente y propagó el fuego, que fue rápidamente controlado y no produjo grandes daños.
Este explosivo habría sido arrojado por un avión bombardero estadounidense durante la invasión de las fuerzas aliadas a Alemania, a fines de la Segunda Guerra Mundial.
En dicho país es frecuente que se encuentren explosivos sin detonar de esa época. En diciembre de 2011, el hallazgo de un proyectil británico de 1,8 toneladas y de una bomba obligó a evacuar unas 45.000 personas en la ciudad Koblenza, casi la mitad de su población.
