El canguro fue abandonado en la banquina de una ruta del noreste de Melbourne, Australia. "Se trata de un comportamiento lamentable e inmoral", calificó Mike Sverns, que encabeza la investigación.
El animal, que llevaba algo parecido a un chal animal print en la espalda, tenía entre sus patas, atadas, una botella de licor. "El canguro había recibido, al menos, tres balazos, antes de que lo pusieran sobre la silla", explicó Sverns.
"Se necesitó tiempo para poner al canguro así, al lado de la carretera, y estamos seguros de que alguien debió haber visto algo, dado el lugar y la circulación", aseguró la policía, al pedir testigos.
Las autoridades creen que el canguro no fue asesinado en el lugar donde fue encontrado y recordaron que matar a animales salvajes protegidos podía conllevar una multa de hasta 36.500 dólares australianos (alrededor de 500 mil pesos argentinos) y una pena de cárcel de dos años.
