Malala Yousafzai, la adolescente paquistaní a la que los talibanes dispararon en la cabeza por defender la educación de las mujeres en su país, pidió en la ONU que la comunidad internacional redoble los esfuerzos para lograr "educación para todos".
"El 9 de octubre de 2012 los talibanes me dispararon. Pensaron que con sus balas me callarían para siempre pero fracasaron", dijo la joven en un discurso inspirador durante el acto organizado por la ONU para celebrar su decimosexto cumpleaños.
"Estoy aquí para levantar mi voz por el derecho de todos los niños a la educación", dijo la joven, que aseguró que sigue siendo la misma Malala, con las mismas ambiciones, esperanzas y sueños.
"Tomemos los libros y las plumas porque son nuestras armas más poderosas. Un niño, un libro y un profesor pueden cambiar el mundo", subrayó Malala, quien aseguró que "los extremistas siguen teniendo miedo a los libros".
La joven militante y bloguera, interrumpida en varias ocasiones por los aplausos de los asistentes, afirmó que no está en contra de nadie, ni siquiera de los talibanes en su país, y aseguró que incluso si tuviera una pistola y estuviera frente a la persona que le atacó "no dispararía".
"Es algo que aprendí de Mahoma, el patrimonio que recibí de Martin Luther King y de Nelson Mandela, la filosofía de la no violencia que aprendí de Gandhi y la madre Teresa, el perdón que aprendí de mi padre y de mi madre", aseguró.
"El Dia de Malala no es mi día, hoy el día de todos y cada una de las mujeres, niñas y niños que se han atrevido a defender sus derechos", concluyó la joven, quien agradeció "la cantidad de amor" que recibió en estos meses de recuperación.
