Mientras el exvicepresidente Emmerson Mnangagwa se prepara a asumir el poder en Zimbabwe este viernes, un vocero de las Fuerzas Armadas confirmó que el expresidente Robert Mugabe y su esposa Grace podrán quedarse en el país y no serán procesados.
Lo anunció el coronel Overson Mugwisi, citado por la CNN. La información fue también confirmada por el vocero del partido del Gobierno ZANU-PF, Simon Khaya Moyo.
"Sigue siendo nuestro admirado héroe liberador. Contribuyó inmensamente al desarrollo del país en los últimos 37 años", dijo el vocero acerca de Mugabe. "No tenemos nada en contra de Mugabe o su mujer. La gente de Zimbabwe quiere que descanse. Son libres de quedarse en el país si así lo desean", añadió.
"Pese a todas las manifestaciones que vieron en Harare el sábado, el hecho es que en muchas zonas rurales, Robert Mugabe es venerado y Zanu lo sabe", opinó por su parte David Coltart, un ex ministro del partido de la oposición Movimiento por el Cambio Democrático.
Mugabe, de 93 años, renunció el martes, tras 37 años en el poder, al ser sometido a gran presión. Abandonó el cargo después de que el Ejército diera un golpe de Estado y lo pusiera a él y a su mujer bajo arresto domiciliario y cuando su propio partido estaba a punto de destituirlo.
Desde su renuncia nadie sabe donde está Mugabe. Con su esposa Grace, posee un patrimonio inmobiliario en el extranjero y se especula sobre el posible exilio de la pareja.
El exgobernante fue acusado de corrupción grave y ordenar una serie de matanzas en bastiones de la oposición para consolidar su poder en los años 80. Se sospecha que en las masacres murieron unas 20.000 personas
Mnangagwa, un ejecutante de las tareas sucias de Mugabe
Su sucesor, Emmerson Mnangagwa, no está libre de culpas. Este político apodado "el Cocodrilo" por su carácter despiadado fue un pilar del aparato de seguridad zimbabuense desde hace cuatro décadas, y se destacó como fiel ejecutante de las tareas sucias de Mugabe.
Tras volver al país después de un exilio de dos semanas a Sudáfrica el futuro mandatario anunció el miércoles el "inicio de una nueva democracia" y llamó a "todos los patriotas de Zimbabwe (...) a trabajar juntos".
"Queremos relanzar la economía, queremos empleos", dijo Mnangagwa. "Juro ser su servidor", añadió el hombre que fue considerado como el delfín de Mugabe. Su destitiución abrupta el 6 de noviembre por orden de la Primera dama, que esperaba suceder a su esposo, finalmente provocó la caída de Mugabe.
