Es una de las personas que más conoce los secretos del reinado de quien fuera uno de los máximos líderes del narcotráfico del mundo. Hacía 22 años que estaba preso por los atroces y sanguinarios crímenes que cometió durante décadas y ahora está en la calle. John Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, exjefe de sicarios del cartel de Medellín de Pablo Escobar, recuperó su libertad de una cárcel del centro de Colombia.
En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, Velásquez abandonó la prisión de máxima seguridad de Cómbita, en el centro de ese país, en una caravana de autos que se dirigían aparentemente hacia Bogotá. La información se la confirmó a la agencia española EFE un funcinario de la Defensoría del Pueblo.
La semana pasada un juez le ordenó la libertad condicional a Popeye, tras cumplir tres quintas partes de su condena. Velásquez fue uno de los asesinos más sanguinarios que "trabajaron" junto a Escobar en los días del apogeo narco de Medellín.
Popeye reconoció que mató a por lo menos 300 personas y que coordinó alrededor de 3000 homicidios durante las décadas del 80 y parte de la del 90 en la guerra que tenía Escobar contra el Estado colombiano. Políticos, periodistas, jueces y policías: no había ningún reparo de Escobar y Popeye por eliminar a quien se pusiera en contra del imperio del crimen que llevaban adelante.
Durante un tiempo Velásquez fue pareja de una examante de Escobar llamada Wendy Chavarriaga. La mujer había quedado embarazada en un momento de su vida del "Patrón del Mal" y él le ordenó que abortara. Por venganza ella comenzó a pasarle información a la policía. Entonces, al enterarse, Escobar obligó a Popeye a matarla. "Yo la quería con el alma. Fue uno de los episodios más dolorosos de mi vida", dijo luego, desde la cárcel. Pero la orden la cumplió a rajatabla.
A lo largo de los 22 años que estuvo en prisión, Popeye habló varias veces con canales, diarios y radios sobre su experiencia con Escobar. "Cuando me despedí de él, yo le di un abrazo y nos miramos a los ojos. Yo salí de la caleta y luego salió él en un Renault 4. Yo estaba en la cárcel cuando lo mataron, ese día me lloraba el alma, me sentí un cobarde por haberlo dejado solo", relató apesadumbrado en un reportaje que el canal Spiegel TV le realizó en el 2013.
En las últimas semanas Velásquez aseguró que teme que lo asesinen estando en libertad. Por eso exigió que le garanticen su integridad al salir de la cárcel. Además contó que le gustaría dar conferencias a los jóvenes para que no caigan en el mismo error que él cometió, de trabajar para las mafias del narcotráfico y convertirse en uno de sus peores matones.