Los estadounidenses aprovecharon el Black Friday para salir a comprar nuevos modelos para su arsenal. Aunque el debate por el control de armas se mantiene abierto y genera polémica en los Estados Unidos, el famoso día de descuentos no detuvo a los norteamericanos. Tampoco lo hicieron los recientes ataques en Las Vegas o en la iglesia baptista de Texas, donde 26 personas -una docena de ellos, menores de edad- murieron y otras 20 resultaron heridas.
De acuerdo con el diario USA Today, el FBI recibió más de 200.000 peticiones de antecedentes penales, un proceso común que se realiza en las tiendas de armas antes de realizar una venta. La cifra superó por 15.000 las peticiones registradas en la misma fecha durante los dos años anteriores.
Aunque esa cifra no es un indicador de ventas, la publicación resaltó que los estadounidenses tienden a comprar más de un arma en la misma transacción.
Después del tiroteo de Las Vegas, en el que un jubilado provocó la mayor masacre con armas de fuego de la historia de EEUU, con un saldo de 59 muertos, las acciones de las empresas fabricantes de armas subieron.
Si bien los números son preocupantes, los políticos siguen debatiendo respecto a un sistema que pueda mejorar el chequeo de antecedentes penales. Durante la administración de Donald Trump, no hubo avances en las políticas de restricción a la venta de armas.