Aunque en Buenos Aires no es tan común -todavía- en otras ciudades del mundo los cafés temáticos son furor. Hay de todo tipo: lugares donde se pasean los gatos o las suricatas entre los clientes, los cafés donde solo se venden cereales en caja o donde la obsesión son el rosa o los unicornios.
En Bangkok llevaron la idea un poco más al extremo y crearon el primer café donde todo gira alrededor de la muerte. Las bebidas llevan nombres como "sufrimiento" y "vejez" y un esqueleto forma parte de la decoración.
De todas maneras la atracción principal es un ataúd blanco con la leyenda "Eventually you can bring nothing" (No es necesario traer nada), donde los clientes se pueden acostar para hacer como si estuvieran muertos por unos minutos.
Su dueño y creador es un intelectual budista, Veeranut Rojanaprapa, que asegura que no busca dinero, sino estimular a las personas a que se reconcilien con la idea de la muerte y saquen provecho de eso.
"Nos dimos cuenta de que estar consciente de la muerte disminuye la codicia y la ira, e impulsa a las persona a hacer el Bien. Esto es lo que nos enseña Buda", explica Rojanaprapa, que como sociólogo está especializado en estudios sobre el envejecimiento de la población.
El creador del café está convencido de que colocar un verdadero ataúd en medio de su cafetería es también una forma de alentar a los jóvenes tailandeses a volcarse hacia la realidad, más allá de la pantalla de sus teléfonos.
"Cuando los adolescentes se tumban en el ataúd y nuestros empleados lo cierran, con la oscuridad y la estrechez, adquieren conciencia de si mismos y de las cosas que les quedan por hacer en la vida".
