La madre de Osama bin Laden dice que su amado su hijo no era un asesino en masa y se niega a culparlo por el 11 de septiembre, en la primera entrevista que da a la prensa.
El lujoso hogar de Alia Ghanem en la capital saudita, Jeddah, está decorado con fotos del autor intelectual del ataque terrorista a las Torres Gemelas, que fue asesinado a tiros por las fuerzas especiales de Estados Unidos en 2011.
La familia Bin Laden sigue siendo una de las dinastías más ricas de Arabia Saudita, gracias a su imperio de la construcción, y sus movimientos siguen siendo estrictamente controlados por el régimen.
En una entrevista con The Guardian, Ghanem calificó a su hijo, líder de Al Qaeda, como un "muy buen chico" que "me amó mucho".
A pesar de que Osama destruyó el apellido familiar, la casa de su madre está repleta de fotos del jihadi.
Alia describe a su primogénito como "tímido" y "piadoso" y culpa a los extremistas de la Universidad Rey Abdulaziz en Jeddah por "lavarle el cerebro" a su hijo: "Fue un niño muy bueno hasta que conoció a algunas personas que prácticamente le lavaron el cerebro a los 20 años".
Mientras estudiaba economía en la universidad, Osama conoció a Abdullah Azzam, un miembro de la Hermandad Musulmana, que finalmente fue exiliado de Arabia. Sin embargo, Azzam siguió siendo el consejero espiritual del jefe de Al Qaeda.
Ghanem afirma que nunca se le pasó por la cabeza que su hijo se convertiría en un asesino jihadista. Incluso cuando huyó a Afganistán en la década de 1980 para luchar contra los invasores rusos, la familia se mantuvo orgullosa de él.
Su madre afirma que vio por última vez a Osama en su base militar afgana en 1999.
