Muchos se preguntan cuáles son los secretos de Isabel II para mantenerse siempre joven y lúcida. La genética está en primer lugar. Su madre, Isabel Bowes - Lyon, esposa del rey Jorge VI, recordado por su tartamudez, vivió hasta los 101 años.
Lo que viene dado no fue lo único. Interesada siempre en la neurología, la reina siempre supo que si quería mantenerse concentrada hasta los últimos días de su vida, debía ejercitar la mente. Por eso, según cuentan sus cortesanos, por las tardes suele armar rompecabezas, completar crucigramas e incluso jugar a las adivinanzas con sus bisnietos.
// Los secretos palaciegos de Isabel II que guardaba su biógrafo
Otra de las claves, según afirman desde el Palacio de Buckingham, tiene que ver con el agua que elige. Ya sea para acompañar algunas de sus comidas, como para el té, Isabel II solo bebe agua mineral de manantial Deeside, una marca escocesa que se embotella en Edimburgo y se vende en buena parte del continente. No es la única que la consume: muchos ingleses hablan de las propiedades minerales del agua que previene la artritis.
Además, Isabel II prepara el té con esta agua escocesa -que consume desde niña- durante los veranos en el castillo de Balmoral. Y como el té nunca es sólo un detalle en Inglaterra, la reina toma la variedad Derjeeling -que es rico en antioxidantes- todas las mañanas. Algunos aseguran que cada tanto bebe té verde, con el único fin de prevenir enfermedades asociadas al paso del tiempo.
Sin embargo, la comida también es fundamental para explicar la longevidad de la reina. Los cocineros del Palacio no dudan en priorizar la dieta mediterránea a la hora de alimentarla. Aceite de oliva, mucha verdura, huevos y pescado son los ingredientes que suelen usar.
// El príncipe Harry y Meghan Markle no pasarán las Fiestas con la reina Isabel II
La calidad de los productos está fuera de discusión ya que la mismísima reina y su hijo, Carlos de Inglaterra, tienen una huerta orgánica de donde obtienen los productos que consumen.
Finalmente, en materia de disfrute, el chocolate negro -rico en cacao- es su preferido. Así como la única copa de vino tinto que suele tomar con la cena, después de algún vermut como antesala. Porque si se trata de mantenerse lúcida para conducir los destinos de Inglaterra, Isabel II sabe la receta.
