El gobierno turco ordenó por decreto destituir a 149 generales y almirantes, el 40 por ciento de todos los militares de ese rango, tras el golpe de Estado fallido del 15 de julio que dejó 265 muertos. La medida afecta a numerosos oficiales que ya habían sido enviados a prisión preventiva en los días posteriores a la asonada, acusados de haber organizado el golpe, como el ex comandante de las Fuerzas Aéreas, Akin Öztürk.
Esta orden pretende alejar del Ejército a todos los militares "que sean miembros de la organización terrorista de Fethullah Gülen o tengan vínculos o lazos con ella", informa la agencia de noticias Anadolu. El Gobierno achaca a Gülen, un predicador turco y ex aliado del presidente Recep Tayyip Erdogan que vive en Estados Unidos, la responsabilidad del golpe, aunque éste niega toda implicación.
En total, el número de militares expulsados del cuerpo alcanza 1.684 personas, la mayoría de ellos perteneciente al Ejército Las Fuerzas Armadas afirmaron que 8.651 militares, en torno a un 1,5 por ciento de la fuerza, participaron en la sublevación.
Además, en la noche del miércoles se anunció el cierre por decreto de decenas de medios de comunicación: tres agencias de noticias, 16 canales de televisión, 23 radios y 45 diarios considerados cercanos a Gülen.
El gobierno turco informó que detuvo a más de 15.800 personas, de las que 10.000 son militares. En total se presentaron órdenes de arresto formales contra más de 8.100, mientras que otras 3.000 fueron liberadas. El resto se encuentra bajo custodia de la policía, situación que tras la imposición del estado de excepción puede prolongarse durante 30 días sin que tengan que comparecer ante un juez. Además, decenas de miles de funcionarios fueron suspendidos de sus cargos.
