El hotel Greenvale, en Irlanda del Norte, había organizado una fiesta en el día de San Patricio. La convocatoria terminó siendo multitudinaria y alrededor de 700 jóvenes se amontonaron en la puerta. Pero de manera sorpresiva, la espera para ingresar se transformó en una pesadilla. Muchos empezaron a empujar hasta provocar una brutal estampida, que provocó la muerte de tres adolescentes.
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Las víctimas fatales fueron identificadas como Lauren Bullock, de 17 años, Connor Currie, de 16 años, y Morgan Barnard, de 17. Los testigos detallaron el horror que atravesaron, al intentar respirar y quitarse a toda la multitud de encima.
Al menos 100 jóvenes quedaron atrapados en la estampida y lograron sobrevivir al morder y rasguñar a las personas que habían caído encima suyo. Una imagen terrorífica que se repitió en todas las declaraciones tomadas por la policía.
Además de los tres adolescentes muertos, las autoridades confirmaron que también hubo heridos. Una chica, de 16 años, está internada en estado estable en un hospital cercano al hotel. Mientras que otros dos jóvenes fueron atendidos de manera ambulatoria.
Uno de los relatos más estremecedores fue el de una de las amigas de Morgan. En su cuenta de Facebook, Eimear Tallon contó cómo la noche del domingo se transformó en una de las peores de su vida.
"Comenzaron empujando, pero todos seguían riendo y pasándola bien. Hasta que empezó el aplastamiento literal", detalló la joven en su publicación. "Dos de mis amigos cayeron al suelo. Traté de levantarlos, pero en ese momento no había espacio para que volvieran a subir. Así que comencé a gritar: "¡Mis amigos están en el suelo, retrocedan! Pero nada. Ni un poco de movimiento", agregó angustiada.
A medida que la situación empeoraba, Eimear pensó que todos iban a morir. En especial, porque eran pocos los que se dieron cuenta de la seriedad del asunto. "Mientras miraba hacia abajo podía ver varios cuerpos debajo de mí y cuando miraba hacia arriba podía ver varios cuerpos encima de mí. Fue el momento más traumático, aterrador y estresante de mi vida", concluyó.
Tras el incidente, la policía local publicó un mensaje en Twitter para que los padres fueran a recoger a sus hijos. De manera inmediata, más de una docena de patrulleros, camiones de bomberos y ambulancias se acercaron al lugar pasa asistir la emergencia.
El oficial Mark Hamilton instó a los adolescentes a no publicar las imágenes de la estampida en las redes sociales y les pidió que entregaran todo el material a las autoridades, que quieren esclarecer cómo ocurrió todo.